Trabajo de campo
Hoy ha sido un día bastante intenso, desde el comienzo de la mañana. El patio de Hery se está mostrando mucho más interesante de lo que en un principio cabía suponer. A primera hora, junto a uno de los muros de adobe que se levantaron aquí años después, encontramos un ushebti de madera pintada. La inscripción, escrita en una columna, no menciona el nombre del propietario, sino la fórmula: “Palabras pronunciadas por el señor de la eternidad, el gobernante [del infinito]”, es decir, Osiris. Al poco rato, justo en ese mismo lugar, comenzó a aparecer en el muro de adobe una oquedad. Cuando pudimos enfocar dentro con una linterna descubrimos que se trataba de una tumba. Excavada en la roca del suelo había una habitación de tamaño considerable, llena de cascotes hasta media altura. Acudió a verlo el rais Ali, José Miguel, Carlos… La expectación iba aumentando.
Continuamos excavando en la zona y la sorpresa fue que, unos pocos centímetros más abajo, apareció otra oquedad debajo de la misma estructura de adobe, pero en el muro perpendicular al primero. Parecía tratarse de una segunda tumba.
Al final de la mañana, la altura del segundo agujero era suficientemente grande como para colarse dentro, y ahí nos aventuramos el rais Ali y yo. Los escombros de la primera habitación dejaban poco más de un metro de espacio hasta el techo. No había rastro de decoración. Una de las paredes tenía una apertura que conducía hasta otra habitación. Descendimos arrastrándonos, para descubrir que en dos de sus paredes se habrían pasos a otras habitaciones, todas ellas llenas de escombros casi hasta el techo. Parecía que habíamos dado con un auténtico complejo subterráneo, cuyo fin no alcanzábamos a ver. Realmente impresionante.
En la primera sala había un agujero de ladrones en el techo. Efectivamente, alguien había estado por aquí hace unos treinta años, pero, ¿hasta qué punto pudieron investigar las tumbas con un volumen de escombro tan apabullante? Si a la entrada de los agujeros encontramos un ushebti pintado, fragmentos de un vaso canopo y otros objetos de interés, ¿querría esto decir que seguían estando todavía bastante intactas? ¿Qué podríamos esperar encontrar dentro? Creo que la respuesta a estas preguntas deberá esperar todavía, pues hay que recordar que nuestro primer objetivo es excavar el patio de Hery. Estas otras tumbas anejas quedan para más adelante.
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Mohamed Farouk se asoma al primer agujero descubierto bajo un muro de adobe en el patio de Hery.
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Ibrahim descubre un segundo agujero bajo el mismo muro.
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El moudir se dispone a entrar en el segundo agujero para inspeccionarlo.
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Alí y el moudir dentro de una de las cámaras subterráneas.
Trabajo de gabinete
Cada vez se va viendo más del suelo del patio de Djehuty. A ambos lados, se amontonan adobes de los muros laterales del patio. Carlos y Gemma han estado topografiando las nuevas estructuras en los patios.
Carlos, por su parte, sigue trabajando en el agujero de arriba. El pozo sigue descendiendo poco a poco hacia el techo de la capilla de Djehuty.
José Miguel ha sacado a la luz las esquinas que delimitan a lo ancho el patio de la tumba de Nebamón. La excavación se va poniendo cada día más interesante en cada uno de los sectores.
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Ushebti de madera pintada, con una inscripción que alude a Osiris, “señor de la eternidad, gobernante del infinito” .
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Fragmento de relieve con dos cartuchos reales que contienen el nombre de Tutmosis III, Men-kheper-ra.
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Vista de frente del patio de Djehuty, con los adobes caídos a ambos lados.
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Vista desde arriba del patio de Djehuty, con gran parte del suelo ya al descubierto.