Te invitamos a explorar la riqueza histórica del Proyecto Djehuty desde la comodidad de tu hogar. Navega por nuestros modelos tridimensionales y descubre los monumentos funerarios y enterramientos de Dra Abu el-Naga.

EL YACIMIENTO

Yacimiento del Proyecto Djehuty en 2021

El Proyecto Djehuty está enfocado en la excavación, restauración y divulgación de monumentos funerarios y enterramientos en Dra Abu el-Naga, ubicada en la antigua ciudad de Tebas, hoy conocida como Luxor. La colina de Dra Abu el-Naga es un lugar de gran importancia simbólica, dada su ubicación frente al templo de Karnak y su asociación con el amanecer y el atardecer. Se convirtió en un sitio codiciado para la construcción de tumbas por parte de altos funcionarios, lo que resultó en una alta densidad de enterramientos.

La concesión a la misión española abarca unos 9.000 m2, con los enterramientos más antiguos datados en las dinastías XI-XII, alrededor del año 2000 a.C. Con el ascenso de la ciudad de Tebas a capital del Alto y Bajo Egipto, esta colina mantuvo su relevancia como lugar de enterramiento debido a su importancia tanto religiosa como política. Desde entonces y hasta el siglo II a.C., la colina ha acogido desde tumbas de dignatarios y reyes hasta una gran catacumba para momias de animales, resaltando la íntima conexión entre religión y política en Dra Abu el-Naga.

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tumba capilla de djehuty

Tumba-Capilla de Djehuty

La parte exterior del monumento funerario de Djehuty, el patio de entrada, de treinta y cuatro metros de largo, fue excavado durante las cinco primeras campañas, entre 2002 y 2006. La parte interior, que penetra horizontalmente diecisiete metros en la roca de la colina, terminó de excavarse en la novena campaña. La dificultad de la excavación en el interior se debió a la existencia de dos grandes agujeros en el techo de la cámara más interna, a través de los cuales había caído una enorme cantidad de tierra y piedras que llenaban la cámara casi hasta el techo.

Las paredes de la parte interior de su capilla-tumba están profusamente grabadas con inscripciones y decoradas con escenas en relieve, incluyendo tres extensas inscripciones autobiográficas, un gran himno al dios solar Amón-Ra, dos textos en escritura criptográfica de carácter religioso-funerario, la descripción mediante textos e imágenes de varios pasos del ritual de la Apertura de la Boca y de otros rituales menos comunes llevados a cabo durante su funeral, escenas de banquete junto a miembros de su familia, imágenes de él cazando en los pantanos y en el desierto, y de la peregrinación por barco a Abidos que supuestamente realizó en vida.

Djehuty pretende exhibir en su monumento para la posteridad, desde la misma fachada hasta lo más profundo, su capacidad y arte en la composición de textos y dominio de la escritura. Su cámara sepulcral, a doce metros por debajo del nivel del suelo del hipogeo, conserva el techo y las paredes enteramente escritas con pasajes del “Libro de los Muertos”, uno de los ejemplares más antiguos y, de entre éstos, de los más extensos e ilustrados de este corpus funerario.

Cámara funeraria de Djehuty

Durante las excavaciones en la tumba-capilla de Djehuty en 2006, se descubrió un pozo funerario, cuya excavación comenzó en 2008. Este pozo de ocho metros de profundidad llevaba a una gran cámara llena de tierra y piedras, y en el fondo de esta cámara se abría la entrada a otro pozo, que a su vez llevaba a una segunda cámara: la cámara sepulcral de Djehuty. Esta cámara, diseñada con una planta cuadrangular, fue ampliada durante el proceso de tallado, quedando la entrada descentrada en la pared.

Lo más notable de la cámara sepulcral de Djehuty es que contiene uno de los ejemplares más antiguos y extensos del Libro de los Muertos, una colección de textos religiosos funerarios. Es particularmente relevante porque esta versión de la obra contiene el Capítulo 125, que describe el juicio final del difunto. Este capítulo, que se encuentra atestiguado por primera vez en la tumba de Djehuty, representa el momento en que el difunto debe defender su inocencia de los pecados que se le imputan ante el tribunal divino y Osiris, el juez supremo.

Capilla de Djehuty

Djehuty fue un ministro importante bajo el reinado conjunto de Hatshepsut y Tutmosis III, en torno al año 1475 a. C. Era oriundo de una provincia del Egipto Medio, Hermópolis, consagrada al dios Tot, el escriba de los dioses. Djehuty, como “escriba del rey”, desempeñó las funciones de “supervisor de los trabajos (de los artesanos)” y “supervisor del Tesoro”. Ambos cargos estaban relacionados con la obtención y recaudación de metal (oro, plata, bronce y cobre), piedras semipreciosas (turquesas del Sinaí) y maderas exóticas (cedro del Líbano), y su posterior redistribución para el embellecimiento de los principales templos que se estaban levantando por entonces en la capital del reino y del imperio egipcio, en ambas orillas de la región de Tebas. Él fue el responsable de cubrir con electro (aleación de oro y plata) dos de los obeliscos que la reina Hatshepsut levantó en Karnak, de adornar la barca sagrada de Amón y las puertas y altares del templo funerario de la reina en Deir el-Bahari. Además, se encargó de supervisar la recaudación de impuestos de los súbditos y vasallos, y registró por escrito las materias primas y productos exóticos que llegaron a Tebas del lejano país del Punt (probablemente en la actual Eritrea y/o Yemen) en el año 9 del reinado de Hatshepsut– Tutmosis III.

tumba capilla de hery

Tumba de Hery -TT12

Las paredes de la tumba de Hery están decoradas en relieve, incluyendo una descripción de los principales momentos de su procesión funeraria, acompañada por una visión del Más Allá que le esperaba al difunto; un banquete funerario presidido por él mismo y su madre, al que asisten sus hermanos y hermanas; grupos de personas portando ofrendas ante su altar; y una representación del propietario de la tumba cazando con arco y flechas en el desierto. El valor la tumba-capilla de Hery reside principalmente en que en esta época son muy pocas las que fueron decoradas, y mucho menos todavía son las que conservan la decoración.

EL jardín funerario

Jardin Funerario

En la campaña de 2017 sacamos a la luz, delante de la entrada a la tumba, un pequeño jardín o huerto de carácter funerario, también relacionado con los rituales y culto a los difuntos, datado en la dinastía XII, ca. 2000 a. C. A pesar de sus 4.000 años de antigüedad, las semillas allí plantadas se conservan sorprendentemente en buen estado, al igual que el tronco del pequeño árbol, un tamarisco, que creció junto a una de las esquinas.

Se trata de un pequeño jardín o huerto, de 3 x 2,25 m, que supuestamente serviría para proporcionar al difunto las ofrendas vegetales necesarias para su vida en el más allá, además de algunas flores cultivadas por motivos simbólicos, para manifestarle al difunto el deseo de que viviera eternamente. Su tamaño no sería suficiente para las pretensiones del difunto, por lo que puede deducirse que se trata un ‘modelo’ o ‘maqueta’ de jardín, que más que tener una finalidad práctica refleja el deseo del difunto de que, por su emplazamiento, adquiriera un carácter mágico para llevar a cabo su supuesta función. El jardín funerario contenía las semillas en un estado de conservación excepcional, habiéndose ya identificado cilantro, un tipo cucurbitácea, similar a un melón no dulce, y partes de flores de la familia de las asteráceas.

El análisis de los restos botánicos hallados en el jardín nos abren la posibilidad de investigar sobre la manipulación del mundo vegetal con fines religiosos y funerarios. El análisis del polen conservado en la estratigrafía alrededor del jardín, sin embargo, nos informa sobre las especies vegetales que fueron plantadas o que crecieron de forma espontánea en la llanura fértil junto a la necrópolis. En la estratigrafía también se conservan huellas de lluvias acaecidas entre el 2000 y en 1500 a. C.