5 febrero 2006

Trabajo de campo

Omar Farouk, Mohamed Yuma y yo hemos seguido excavando en la cámara del pozo de la tumba intermedia. Para evitar perder piezas pequeñas tenemos que ir muy despacio, y toda la tierra que sacamos se lleva a una criba que tenemos instalada en el exterior. De hecho, esta mañana hemos encontrado media docena de cuentas de fayenza. La gran alegría ha sido encontrar tres fichas más del juego de “senet” (ayer encontramos una con vidriado verde) y una casilla del tablero con el signo “nefer”, todas ellas de hueso.

Todavía seguimos sin conocer el nombre del propietario de la tumba, pero poco a poco vamos sabiendo más sobre él. Hoy hemos hallado, además, un fragmento de madera pintada perteneciente a su caja de vasos canopos. La suerte ha sido que se unía con otro trozo que encontramos ayer, y juntos forman un lateral completo de la caja, en la que se representa a una de las diosas protectoras de las vísceras del difunto.

Trabajo de gabinete

En la jaima grande, María José ha estado uniendo los fragmentos de una jarra decorada que también encontramos en el pozo de la tumba intermedia. Es una jarra del tipo de comienzos de la dinastía XVIII, de arcilla clara (del desierto, “marl clay”), con motivos geométricos en rojo y marrón.

Mientras tanto, en el vestíbulo de la tumba de Djehuty, Bridget ha terminado de unir los fragmentos del pairo, consolidarlo y montarlo entre dos cristales. El trabajo ha resultado ser más difícil de lo que ella pensaba porque el papiro estaba muy doblado y comprimido; pero al final ha conseguido un resultado más que satisfactorio. Verdaderamente, ha sido un lujo tener a Bridget entre nosotros por una semana, tanto en lo profesional como en lo personal, pues es una mujer encantadora.

Vida cotidiana