30 enero 2012

La sala interna de la tumba de Hery ha resultado más compleja de lo que pensábamos. Ya el hecho de tener un gran pilar en el centro se sale de lo normal, luego el pozo funerario al fondo, y ahora tenemos un segundo pozo al otro lado del pilar, casi alineado con el pasillo. Como la boca es pequeña y casi cuadrangular (1,35 x 0,93) pensábamos que sería una entrada que comunicaría con la galería subterránea que se abre junto al grafiti demótico. Sin embargo, tras descender dos metros de profundidad se ha abierto una cámara hacia el lado opuesto, por debajo del pilar. La sorpresa ha sido que justo a la entrada yacía un gran bloque de piedra procedente de la pared derecha del pasillo de la tumba, y encaja perfectamente en su sitio. El bloque recompone parte de la figura de la madre de Hery sentada detrás de su hijo y esperando la llegada de ofrendas.

En la mesa de restauración de la jaima pequeña, Pía ha unido dos fragmentos de una tapa de vaso canopo que encontramos en días distintos, en el sector entre la tumba de Hery y la de Baki. Al estar cada uno de los fragmentos enterrados en terrenos algo distintos, la coloración ha acabado siendo algo distinta, lo que dificultaba su identificación como pertenecientes a la misma pieza. Por otro lado, Pía ha terminado de restaurar el ataúd de Iqer y ahora Pito ha comenzado una nueva sesión fotográfica, la definitiva.

Dentro de la tumba de Djehuty la restauración continua. Mohamed sigue retirando con sumo cuidado las concreciones de barro pegadas a la superficie de la pared del pasillo, en la zona de la gran escena del ritual de la Apertura de la Boca. Día tras día se va pudiendo leer más parte del texto que acompaña a las viñetas. Hoy ha estado todo el día nublado y la verdad es que se ha agradecido.