30 enero 2003

Trabajo de campo

Un día más, un día menos… Todos llenos de emociones, cada uno diferente.

Esta mañana, cuando el sol aún no inundaba la excavación, es decir, bien temprano, el rais Ali ha llamado a José Lull y a Alicia para enseñarles los pies de un sarcófago que estaba apareciendo. Solo se veían unos centímetros pero él estaba convencido de que éste iba a estar completo. Conforme avanzaba la mañana, con cuidado y mimo se ha ido excavando y documentando todo su contexto, aún queda mucho por aparecer, pero conociendo el olfato de Ali, ¿quién se atreve a quitarle la razón?

Montse y Alicia, han dedicado buena parte de la mañana a trabajar in situ sobre esta pieza, consolidando aquellas partes que estaban deterioradas con papel japonés y Paraloid B72. El sol ya no perdonaba a nadie y hubo que montar un tenderete para evitar que los líquidos de restauración se evaporaran demasiado rápido. Todo para que el momento de la extracción se haga con las máximas garantías y el sarcófago no sufra más de lo necesario.

Andrés, José Miguel, José Lull y Marga han continuado con el trabajo cotidiano de bajar poco a poco los distintos estratos. El ritmo es muy bueno, y se nota que el día de pago los hombres trabajan con más ánimo, quizá esperando un buen bakshish. El próximo día de trabajo, empiezan doce hombres más ¡casi setenta obreros!

Trabajo de gabinete

Continúa un día más el trabajo de documentación fotográfica de los relieves de la tumba. Ana volverá a España, igual que la campaña pasada, sin ponerse morena porque su ojo no se aparta del objetivo de la cámara ni un instante. El sistema que idearon Carlos y Juan para que pudiese hacer fotos ortogonales está dando muy buen resultado y Ana, que es infatigable, está a punto de terminar con las escenas del vestíbulo.

Hoy podrían contarse otras muchas cosas en esta sección, pero la verdad es que hay un protagonista especial: Juan. Ha sido su último día de trabajo y eso nos hace darnos cuenta de cómo los dias pasan al galope. Sería demasiado prolijo enumerar todas las tareas que ha realizado o en las que ha colaborado el bueno de Juan, y es que él es animoso, infatigable y lleno de ideas. Gracias a él tenemos una topografía exhaustiva de las tumbas y sus alrededores que nos va a permitir un trabajo mucho más fino. Muy pronto vereis algunos de sus planos en la sección de Dibujos de nuestro diario.

Cuando llegó la hora del cierre de la tumba, nuestro inspector, que ha hecho muy buenas migas con él, le dijo: «No te olvides de mí». ¡Nosotros sí que no vamos a olvidarte Juan! ¡Gracias por todo!

Vida cotidiana