Hace diez años, el 28 de enero cayó en lunes, y ese día cogimos el avión desde Barajas en dirección a Luxor, comenzando así la Primera Campaña del Proyecto Djehuty. Hoy cumplimos diez años, diez años excavando en Tebas. Por el equipo han pasado mucha gente y desde aquí, en un día tan especial como el de hoy, rendimos un cariñoso recuerdo a todos ellos, sin excepción. Un recuerdo a Margarita Conde, que tanto trabajó por actualizar este Diario on-line, cuando, en las primeras campañas, íbamos por la noche en “combi” a New Qurna, a cargar el resumen del día y las fotos seleccionadas desde un ciber-café, muchas noches volviendo a las tantas. Un recuerdo a Ana de Diego, primera fotógrafa y dibujante epigrafista, pionera de la epigrafía digital. A Antonio Morales, que también formó parte de la primera campaña y ahora está a punto de terminar su tesis doctoral sobre textos de los ataúdes en la universidad de Pennsylvania. A las entomólogas del Museo de Ciencias Naturales de Madrid (CSIC), Isabel y Carolina, que hurgaron en los pliegues de la Dama Blanca buscan insectos. A Bridget Leach, conservadora de papiros del Museo Británico que estuvo con nosotros desdoblando un papiro mágico de la dinastía XXI que hallamos en el patio de Djehuty. Y a todos los demás, que brindaron su conocimiento y esfuerzo al proyecto, y que sin ellos no habríamos llegado hasta aquí. Sin olvidarnos tampoco de los patrocinadores, que son parte esencial del proyecto y les estamos enormemente agradecidos, especialmente a Telefónica Móviles y a la Fundación Caja Madrid. Y gracias al CSIC, desde donde se coordina y dirige el Proyecto Djehuty, por todo su apoyo durante estos diez años.
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Meritamon a los pies de una estatua de Ramses II, usurpada por Pinedjem I.
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Daga y cinturón con el nombre del “Primer profeta de Amon, Pinedjem”, de la dinastía XXI.
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Vista del templo de Karnak desde atrás.
EPor la mañana temprano un grupo del equipo nos marchamos de visita al templo de Karnak, una visita rápida de cuatro horas, para ver lo básico: los obeliscos de Hatshepsut, los Anales de Tutmosis III y su templo Akh-menu, que incluye el “gabinete de curiosidades”, donde se recogen las plantas y aves que observó la expedición egipcia en su primera “campaña de victoria” por Siria-Palestina. Alcanzamos la puerta trasera del templo, levantada por Ramsés II, dedicada al dios “Amon que escucha las súplicas” de la gente corriente. Luego, pasamos por la capilla de Amenirdis dedicada al dios Osiris, para acabar curioseando por el museo al aire libre, donde se levanta la “capilla roja” de la reina Hatshepsut.
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Detalle de la “capilla roja”, mostrando a Hatshepsut y Tutmosis III navegando en la barca sagrada de Amon.
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Parte superior de un obelisco, mostrando al dios Amon coronando a Tutmosis III.
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Detalle de la cara exterior del muro, mostrando al faraón Seti I recibiendo madera de cedro de los jefes del Líbano y debajo la rendición de la ciudad Pa-Canaan.
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La inspector Hekmat, el rais Ali y el mudir en los aperitivos.
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Roxie Walker conversa con Natasha.
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“Bella fiesta del Valle” en memoria del Supervisor del Tesoro Djehuty.
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Tartas del Décimo Aniversario del “Proyecto Djehuty”.
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Hekmat nos sorprendió con una tarta de lujo para la ocasión.
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Sobremesa relajante a la caída de la tarde.
Para celebrar el décimo aniversario del Proyecto Djehuty organizamos una comida española en el patio del Marsam, en la zona nueva, con unas estupendas vistas a los campos de cultivo. Nos acompañaban el rais Ali y la inspectora Hekmat, además de Natasha, la “jefa” del Marsam, y cinco amigos de España. El mudir preparó una sangría versión West Bank, con vino Omar Khayyam y Sprite, salteado con pedazos de limones y naranjas de aquí buenísimas. Pero eso no fue nada comparado con el estupendo salmorejo de Angie, las tortillas de patata, y el “mullaor” de Joan (parecido a la escalibada). Dos fabulosas tartas endulzaron el final. Vamos, un festín en toda regla, como si se tratara de la celebración de la “bella fiesta del valle” en honor a Djehuty. ¡Larga vida a Djehuty! Di-ankh-er-djet-neheh mi-Ra.