27 enero 2011

El 30 de abril de 2008, el Comité permanente del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto aprobó la extensión de nuestra concesión, pero ha sido este año cuando hemos comenzado a excavar al oeste del patio de entrada a la tumba de Djehuty. El objetivo principal era doble, por un lado liberar la presión lateral del escombro sobre el muro de adobes del patio de Djehuty, y por otro lado acceder a la tumba de la dinastía XI que está justo debajo del muro. Además, en el proceso comenzaríamos a desenterrar los patios de otras tumbas que pudieran estar adosadas a la de Djehuty, siguiendo la “calle” al pie de la colina. La zona que denominamos “sector 10” coincide con lo que tiempo atrás era el camino de acceso a las casas del poblado moderno situadas más arriba en la colina, por lo que, en principio, no ha sufrido las consecuencias de tener una casa encima. A pesar de todo, durante los primeros días, la excavación en este sector estuvo “entretenida” con medio metro de detritus moderno producido por la actividad humana del poblado: un pesebre de burro, una letrina de la antigua casa del aguador… Pero los hallazgos acabaron llegando, y ayer sacamos a la luz, en una de la cuadrícula supervisada por Angie, una jarra de cerámica con decoración polícroma. Era un buen síntoma. Hoy hemos descubierto, en una cuadrícula supervisada por José Miguel, un depósito de shabtis de la dinastía XXI.

Saabut lleva con nosotros un montón de años, es un tipo joven, de mirada lángida y de sonrisa agradable, habla inglés correctamente y siempre está dispuesto para cualquier tarea. Aunque no es de los más próximos al rais Ali, maneja el “musterín” (castellano “palaustre”) con gran habilidad. Él ha sido el encargado de excavar el depósito de shabtis. Al principio parecían unos pocos, pero, el pequeño agujero en el terreno resultó ser más profundo de lo esperado y, al final , sacamos a la luz 79 ejemplares completos y 10 fragmentos. Tres de ellos son “rais”, pues en lugar de azadillas, sujetan en una de sus manos un flagelo, y en vez de tener las piernas juntas (como una momia), avanzan una pierna hacia delante en ademán de andar. El conjunto se compone de tres tipos de figurillas, elaboradas con tres moldes distintos. El barro cocido fue posteriormente pintado de blanco y, por último, una inscripción vertical fue escrita en negro sobre la parte frontal del cuerpo.

La inscripción se lee todavía con algunas incertidumbres. El título del propietario es “sacerdote-wab de Amon”, y el nombre parece ser “Su-a-Amon”. La calidad es bastante buena. Aunque parecen ser casi contemporáneos y semejantes a los hallados dentro de la tumba de Hery días atrás, éstos están más cuidados y más limpios. Este hallazgo parece indicar que, poco a poco, nos estamos aproximando a niveles más fértiles en la excavación de este sector, niveles menos alterados en época moderna. En los próximos días esperamos confirmar esta impresión.