26 febrero 2022

Ya sólo tenemos con nosotros a un puñado de trabajadores, unos veinticinco. Como ya se ha terminado la excavación, los trabajadores han estado concentrados en terminar el camino que traerá hasta las tumbas a los futuros visitantes y terminar de reforzar los muros de adobe del patio de entrada a la tumba de Djehuty. La cuestión eléctrica sigue siendo tema de discusión entre Nacho, el electricista, el inspector y el capataz. La instalación tiene que tener en cuenta aspectos muy diversos, que las cajas estén accesibles, pero a la vez seguras, y que sean fáciles de manipular por los guardias. Además, las luces que iluminan el interior de las tumbas tienen un enganche a la red general convencional, otra a los paneles (ambas se unen en el “inverter”) y, además, hay una línea que atraviesa tumbas y el yacimiento entero para dar electricidad a los distintos trabajos.

Quedaban y siguen quedando algunos trabajos por hacer, como fotografiar las dos jarras grandes del depósito de momificación de la dinastía 27 asociado a la estructura de adobe que primero excavó José Miguel y luego David, o el collar de la momia de perro que excavó Angie y que Pía ha vuelto a engarzar en un hilo. David y Cisco han escaneado la tumba y la galería que terminó de excavar Cisco hace un par de años, mientras que Laura y Angie han estado procesando materiales de su zona de excavación.

A última hora de la mañana, Laura y José Manuel han cruzado el Nilo para llevar a Tutu al veterinario y que le pongan un microchip para viajar. Luego han parado en la oficina de Egyptair para comprarle el billete de avión. Todo parece estar ya casi listo para que Tutu pueda venirse con nosotros a España.