25 enero 2006

Trabajo de campo

El yacimiento está empezando a cambiar de aspecto. La colina frente a las tumbas ha descendido considerablemente y poco a poco nos vamos acercando al suelo del patio de entrada a la tumba de Djehuty, uno de nuestros objetivos para esta campaña. Después de retirar el nivel de basura moderna, de algo más de un metro de altura, volvemos ya a los niveles más interesantes. Prueba de ello es que el número de fragmentos de inscripción que encontramos va en aumento. Entre otras cosas, hemos hallado el asa de una vasija con el sello del rey Amenofis II estampado cuando el barro estaba todavía blando.

En el pozo que excava Haled hemos descendido hasta cuatro metros. A esa profundidad, ha aparecido una oquedad en la pared norte, a través de la cual, metiendo una linterna, puede verse el interior de una cámara subterránea con escombros casi hasta el techo. Dra Abu el-Naga es, verdaderamente, un auténtico queso grullere, con galerías que comunican unas tumbas con otras y unos pozos con otros.

Trabajo de gabinete

María José ha hecho un primer estudio de la cerámica que encontramos en el pozo de Hery y ha concluido que la mayoría de los fragmentos son de la dinastía XVIII, es decir, que podrían haber formado parte del enterramiento de Hery.

Una vez terminado de excavar el pozo de Hery, y tras comprobar, a través de un agujero en la roca, la ubicación de la cámara sepulcral del pozo de la tumba intermedia, comenzamos hoy mismo a trabajar en el pozo de esta tumba.

Sergio ha estado analizando con Pía el daño y las alteraciones en las paredes de la tumba de Djehuty. Sus observaciones parece que le están conduciendo a postular la hipótesis de que las corrientes de aire que se formaron al abrir agujeros en distintas partes de las tumbas es lo que produjo la abrasión de los relieves en determinadas zonas.

Vida cotidiana