24 enero 2003

Trabajo de campo

Parte del equipo “Djehuty” ha aprovechado el día de fiesta para visitar los trabajos de la Chicago House en Medinet Habu, en la capilla que construyó Hatshepsut y continuó Tutmosis III. Primero, uno de los miembros nos explicó el método epigráfico que utilizan para documentar los monumentos. Luego, pasamos a las capillas techadas donde un equipo de cuatro restauradores egipcios están limpiando las paredes y consolidando la pintura. Lotfi, que trabajó en la restauración de la tumba de Nefertari, es especialmente simpático y compartió con Montse algunos detalles técnicos de su trabajo. Una vez más la gente de la Chicago House hizo gala de su hospitalidad y de generosidad con su tiempo y sus conocimientos.

Luego nos marchamos al Valle de los Reyes. Nos separamos del bullicio del aparcamiento y de la entrada para adentrarnos por un wadi lateral camino de la tumba de Ay, que era quien movía los hilos del poder durante el reinado de Tutankhamon y acabó siendo rey de Egipto durante unos cuantos años tras la muerte del joven faraón. Ya sólo la marcha en solitario entre las silenciosas peñas mereció la pena. La tumba está decorada en un estilo muy similar a la de Tutankhamon. La escena que más nos sedujo es la que representa al monarca junto a los cañaverales, agarrando a varios patos en una mano, mientras se dispone a lanzar un palo arrojadizo con la otra. Esta es la misma escena que se representa en uno de los lados de la tablilla de madera que vamos descubriendo trozo a trozo en nuestra excavación.

Trabajo de gabinete

Ana, Andrés y José Lull se han pegado un buen madrugón para ver amanecer en lo alto de la colina de el-Qurn. Las fotos muestran claramente que el esfuerzo mereció la pena. La panorámica del valle irrigado, de los templos funerarios, de Deir el-Medina y del Valle de los Reyes es formidable y ayuda a entender la distribución espacial de los asentamientos, templos y tumbas de la zona. Recorrieron los caminos por las alturas, localizando numerosos grafitti hieráticos y, para terminar, la vista de Deir el-Bahari desde arriba. Después de comer, una buena siesta y al ciber café.

Vida cotidiana