El viernes lo dedicamos a la redacción del informe final que tenemos que entregara al Servicio de Antigüedades en el West Bank antes de regresar a España. Todos arrimaron el hombre y cada uno redactó un párrafo sobre su actividad durante la campaña y seleccionó unas fotos. Aunque es un informe sencillo (luego entregaremos en El Cairo el informe definitivo), todo lleva su tiempo si lo quieres hacer medianamente bien. Últimamente me pone un poco nervioso cuando te dicen, “eso lo haces en cinco minutos…”, no, casi cualquier cosa bien hecha lleva más de cinco minutos. Es muy importante en la gestión de cualquier actividad calcular de forma realista los tiempos. Generalmente, quienes dicen eso de los cinco minutos es que ellos nunca lo han hecho, y es que sólo el que hace las cosas sabe el trabajo y el tiempo que implican. El caso es que un sencillo informe nos llevó todo el día. Fue un día mucho bochorno, y sólo paramos para comer.
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‘Fantasy’ con nuestro grupo de música habitual.
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Joan, maestro percusionista.
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El sonido estridente de las ‘dulzainas’ acaba por engancharte.
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Espectáculo de luz y color con una danza tradicional. Espectáculo de luz y color con una danza tradicional.
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Momentos para disfrutar.
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Detalles modernos.
El jueves al anochecer nos juntamos con algunos de nuestros trabajadores para celebrar una pequeña fiesta de fin de campaña. Ellos la llaman “fantasy” y la verdad es que el nombre está bien puesto. Para ellos es importante tener un poco del esparcimiento que en sus vidas cotidianas rara vez encuentran, y también sentirse queridos por nosotros, los extranjeros. Creo que juega un papel importante que la relación entre egipcios y extranjeros no quede en algo meramente laboral. Una de las claves del éxito del proyecto es, precisamente, mezclar lo profesional con lo personal, entendiéndose esto último como lazos de amistad y de afecto, que ayudan luego a trabajar a gusto, a involucrarse y comprometerse.
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Siempre sonriendo.
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Lucía, Angie y Marisol disfrutan del baile.
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En buena compañía.
La música y el baile han sido, desde época antigua, en Egipto y en España, una forma de relacionarse, de socializar, de estrechar lazos. La comunicación fluye sin necesidad de hablar. También es una fórmula de catarsis, de liberar las tensiones y el cansancio. Así, con aquellos que has estado compartiendo calor, polvo y cansancio, compartes ahora sonrisas y bromas. Hacer el tonto también es importante.