23 enero 2006

Trabajo de campo

En el pozo de Hery llegamos pronto a la roca madre, al “gebel”, a cinco metros y medio del reborde de la boca de entrada. A continuación, excavamos la cámara norte, llena de tierra, piedras y adobes casi hasta el techo. Antes de lo que esperábamos, al final de la jornada llegamos a la roca del suelo. La habitación tiene poco más de un metro de altura. La verdad es que, más que una “habitación”, se trata de un “nicho”, con las medidas justas para introducir y alojar allí un ataúd. Si el pozo descenso mide 220 x 90 cm., la cámara mide 230 x 150 cm.

En su interior no encontramos apenas material. Fragmentos de cartonaje y barro pintado que formaron parte en su día del exterior de un ataúd. El color amarillo de fondo y el estilo suelto, poco cuidado, de los signos jeroglíficos y de los motivos decorativos, parecen indicar que se trataba de un ataúd del Tercer Periodo Intermedio, es decir, en torno al año 1000 a. C. Esta fecha tardía, quinientos años posterior a la época en que vivió Hery, coincide con cuatro pequeños ushebtis, de moldeado muy tosco y sin inscripción, que también encontramos dentro. Tal vez cuando estudiemos la cerámica hallada aquí tendremos más datos para afinar la cronología del posible ocupante de la cámara.

Por ahora, sólo podemos abrir el interrogante de si se trata verdaderamente del pozo funerario de la tumba de Hery, o si es un pozo excavado en el patio posteriormente, muchos años después. Todavía nos queda excavar la cámara sur; tenemos que esperar a ver que información contiene.

En la excavación de la colina, en el área de Gemma, han seguido saliendo fragmentos de inscripción con los signos jeroglíficos pintados en azul, provenientes del interior de la tumba de Djehuty. Además, hemos hallado un cono funerario nuevo, con una impronta cuadrangular, perteneciente al “orfebre de Amón, Amenhotep, y su esposa, la señora de la casa, Nefertiry”.

Trabajo de gabinete

Pía ha seguido con sus pruebas de limpieza en las zonas ahumadas de las paredes de la tumba de Djehuty. Mientras, Ahmed ha estado en la jaima trabajando en la recomposición de la cerámica hallada en el pozo del patio de Hery.

Andrés, estudiando los fragmentos de inscripción hallados en campañas anteriores, ha identificado un fragmento que procede de la jamba de entrada a la tumba de Djehuty. El hallazgo tiene su importancia, pues esta jamba es una de las zonas de la tumba mejor talladas y mejor conservadas.

Carlos y Juan han estado topografiándo al detalle las paredes del patio de la tumba de Baki. Más arriba de la montaña, Fathi, que por fin se ha incorporado al trabajo en el yacimiento, ha comenzado ha preparar el grupo electrógeno y las planchas de metal para cortar y soldar. Mañana comenzará a rematar el pozo que nos permitirá cerrar el agujero en el techo de la tumba de Djehuty y comenzar la retirada del escombro que llena su cámara interior.

Vida cotidiana