Ayer por la noche fuimos todos a cenar a casa del rais Alí, una tradición que se mantiene desde el primer año. Su mujer cocina estupendamente y pasamos un rato muy agradable. En la sobremesa, tomando el té, empezamos a hablar en broma de hacer un partido de futbol Egipto contra España, Alí cogió el móvil y , antes de que diera tiempo a echar marcha atrás, reservó un campo junto al ferry para el viernes por la tarde.
Por la mañana, Nieves y Sole se fueron con las bicicletas a Karnak, y un grupo grande se fue por la montaña, al Valle de los Reyes. La vista desde lo alto de la montaña es espectacular, desde lo alto se obtienen imágenes únicas de Deir el-Bahari, el Rameseum, y Deir el-Medina. A última hora, aperitivo en el Mohamed antes de irnos al Marsam a ayudar a Joan y Carlos con la paella.
No quedó ni un grano de arroz en la paella, a pesar que teníamos partido a las seis. Ninguno habíamos traído equipación, por supuesto, pero se trataba de divertirse. Al llegar al ferry, la sorpresa fue que el campo no era el que se ve desde la carretera, sino uno grande de hierba y con focos. Allí nos esperaban una docena de nuestros trabajadores, capitaneados por Kamal y Omar Farouk. Algunos venían en “galabeya”, y se la quitaron para jugar, quedándose en su ropa interior. Muchos jugaron descalzos, pero aún así chutaban muy fuerte e incluso hacían faltas. Al final, Egipto venció 5 a 4, pero nos merecimos ganar… Nos lo pasamos fenomenal. Creo que se acaba de inaugurar una tradición. El año que viene traeremos camisetas.