20 enero 2005

Trabajo de gabinete

Hoy, día de fiesta del Aid, hemos tenido descanso. Nos hemos levantado una hora más tarde y hemos desayunado plácidamente, al sol, una buena tortilla de dos huevos.

Un grupo se ha ido de excursión por la montaña, empezando en el santuario de Meretseger, la diosa del Occidente, es decir, de la tierra de los muertos, y que adoptaba la forma de serpiente. Los artesanos de Deir el-Medina la adoraban en una cueva en el camino hacia el Valle de las Reinas, y depositaban allí estelas de piedra con oraciones inscritas en su honor, allá por el año 1200 antes de Cristo. Desde allí, subieron la montaña y fueron caminando junto al cortado hasta coronar Deir el-Bahari. Bajaron al valle y fueron visitando diversas tumbas de particulares de distintas épocas, desde la de Kheruef en Asasif hasta la de Ramose en Qurna.

Otro grupo se quedó en el Marsam poniendo al día las notas de arqueología. Como ya hemos “heredado” las habitaciones de la Harwa, lo que nos da cierta independencia, a la una y media nos subimos a preparar un Spanish aperitivo, a base de sobrasada, queso manchego y bufa (una especie de butifarrón de Benissa), acompañado con cerveza Saqqara y vino tinto de Egipto.

Para celebrar la fiesta del Aid, la familia Farouk, un año más, nos ha invitado a cenar a su casa. Y un año más nos dan buena muestra de su generosidad y simpatía. La madre, los hermanos y sus respectivos hijos, estaban todos allí para atendernos y acompañarnos. Ya es el cuarto año y vamos viendo crecer a los niños, sintiéndonos casi parte de la familia. Siguiendo la tradición, ellos no comen, sólo los invitados. La comida, además de ser abundantísima, estaba deliciosa, desde la sopa de verdura con caldo de cordero, el arroz mezclado con fideos, la moluheia, hasta los pichones rellenos y el cordero asado. Para postre nos han sorprendido a todos con una tarta de cumpleaños para José Miguel, al que casi se le saltan las lágrimas. Con un té y fumando una “shisha” de manzana, acabamos viendo con un cañón de video las magníficas fotos que tomó el año pasado Carlos Spottorno, a quien desde aquí le mandamos un cariñoso saludo.

Vida cotidiana