15 enero 2018

Este año hemos empezado con retraso el diario de excavación porque las primeras tardes se nos han complicado un poco. Pedimos disculpas a nuestros queridos seguidores del proyecto por este par de días que os hemos dejado desinformados de nuestros avatares. Problemas del directo… En segundo lugar, quería, en nombre de todo el equipo, dar las gracias a los patrocinadores y, muy especialmente, a todos los que habéis participado en el crowdfunding y que, así, habéis hecho posible que ahora estemos aquí, un año más, en el West Bank de Luxor, dispuestos a desenterrar la historia de nuestra cultura al otro lado del Mediterráneo. A todos vosotros, mil gracias.

A pesar de los problemas de financiación que encarábamos en verano decidimos no reducir el equipo e incluso aumentarlo, porque consideramos que algunos temas importantes no se podían dejar de la lado, ni aplazar, como es el estudio y análisis del jardín por los arqueobotánicos, como es el estudio de los geomorfólogos del registro de lluvias en el corte estratigráfico junto al jardín, el estudio de las momias de animales por los zooarqueólogos, o el ensayo con láser para la limpieza de los barros y el ennegrecido en algunas zonas de las paredes de la tumba de Djehuty. Y es que la investigación científica no se puede hacer a medias, no se puede hacer un poquito, o se hace bien o no se hace, y si se hace, se ha de hacer bien. En un proyecto como este adquieres una serie de responsabilidades que inevitablemente has de asumir con el objeto de investigación, que es frágil y perecedero, y con el patrimonio que tienes a tu cargo, que es patrimonio de la humanidad. Y para todo ello es necesario un equipo, un equipo multidisciplinar y sí, numeroso.

La arqueología es una de las pocas disciplinas científicas dentro de laas Humanidades que requieren de un equipo amplio, pues se desarrollan a la vez muy distintas tareas que se complementan unas a otras y son todas ellas necesarias. Ello hace que la arqueología necesite de unos recursos mayores, tanto humanos, como técnicos y de financiación. Los colegas de otras áreas de Humanidades (igual de importantes que la arqueología) a veces no quieren entenderlo y no se tiene en cuenta a la hora del reparto de recursos que hacen las instituciones académicas y de investigación, lo que impide la puesta en marcha o dificulta la continuidad de proyectos de gran potencial. Estas son, hoy por hoy, las cartas con las que jugamos.

Pero bueno, nadie dijo que fuera fácil y, como ya tenían claro los antiguos egipcios y reflejan en su literatura funeraria y en las inscripciones que inmortalizan las gestas militares de los faraones, no hay mérito sin oposición u obstáculos a superar. Gracias a la generosidad de los seguidores del proyecto lo hemos conseguido y aquí estamos, comenzando nuestra campaña número 17. Diecisiete años consecutivos excavando, investigando y restaurando monumentos en la necrópolis de la antigua Tebas. ¿Qué más se puede pedir? Todo un lujo. Toda una suerte. Y con un equipazo grande y fenomenal, como debe ser. No dejéis de echarle un vistazo en la sección Equipo de la web. Y como cada año, vamos a por todas.