Iniciamos hoy nuestra última semana de trabajo y ya hay que empezar a planear el trabajo con vistas a dejar todo listo y terminado para el jueves. A primera hora de la mañana, Pito sacó la supuesta foto “finish” del depósito de cerámica del sector 10, pero un par de horas después había “crecido” y ya se extendía por fuera de la cuadrícula 9-Z hacia 9-A.
En la tumba de Baki, la reutilización del espacio interior en época romana queda ya patente al sacar a la luz una nueva lucerna y una vasija de cerámica. A esta última se le hizo un agujero intencionadamente para inutilizarla, y la hallamos llena de restos quemados que analizaremos el año que viene. Cuando se unió el interior de las tumbas de Baki y de Ay, rompiendo la pared que las separaba, se hizo de forma tan radical que la planta de ambas quedó prácticamente irreconocible. Además, se levantaron luego muretes de adobe, que dificultan ahora la comprensión y reconstrucción del plano original. Carlos ha estado dibujando un croquis aclaratorio del estado en el que nos encontramos lo que J. F. Champolion denominó en 1829 la “caverna”, a través de la cual descendió al pasillo de la tumba de Hery.
En el interior de la tumba de Djehuty, Nacho y sus muchachos siguen instalando las vigas que soportarán el falso techo de seguridad dentro de la capilla. Los soldadores se han desplazado al interior para dar los puntos de soldadura con las vigas ya en su sitio y acopladas. A pesar del lio que se ha montado en la capilla, Ahmed, Khaled y Mohamed, han estado limpiando la pared del pasillo tan tranquilos, como si no pasara nada. Pito, por su parte, ha estado sacando fotos de materiales en el vestíbulo de la tumba de Djehuty también como si tal cosa, impertérrito al jaleo del fondo.