El día de descanso lo hemos aprovechado, algunos del grupo, para subir a lo alto de la montaña, al Qurn. La subida cuesta un poco, pero la recompensa es grande. La panorámica del valle son impresionantes y la sensación del viento en la cara es fenomenal. La cima de la montaña es muy plana, como una meseta, y muy pedregosa. Da la sensación de que caminas por Marte. La vista de Deir el-Medina, de Medinet Habu o del Rameseum es impresionante y, al verlo todo desde arriba, se observa de forma muy clara la ubicación de cada monumento y la relación entre ellos.
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Casas en lo alto de la montaña, a mitad de camino entre Deir el-Medina y el Valle de los Reyes.
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Vista del Rameseum.
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Panorama del valle del Nilo.
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Nacho hace cualquier cosa por ver llorar a su madre (frase “mítica” de uno de los de la tele).
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Los “escaladores” en lo alto de el Qurn.
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Nieves vuelve a dar el salto.
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Adobes.
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Pía dibuja los campos.
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Agujero junto a Deir el-Medina donde se hallaron cientos de ostraca.
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Paella en un marco incomparable.
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Actividad agrícola en los campos junto al Marsam.
Pía y Angie han paseado hasta el Rameseum y han estado dibujando en los campos de cultivo. Mientras, Carlos se ha entregado a la preparación de la paella, que le ha salido buenísima, no ha sobrado nada. Y para rematar el día, por la tarde, algunos hemos ido a la boda de la hermana de Kamal, con toda la familia Farouk en pleno. El novio es, Ahmed, el chico que ayuda a Alaa con la cerámica.