10 febrero 2004

Trabajo de campo

Hoy ha hecho 35º. Dentro de la tumba se está fresquillo, como mucho 24º, pero trabajar en el exterior se ha hecho realmente duro. Aún así, los trabajadores no paran. Ahora tenemos contratados a unos ochenta y estamos encantados con todos ellos. El ambiente en la excavación es fenomenal, y ni siquiera los gritos del rais Alí y su bastón amenazante hacen mella en el espíritu alegre que reina en el yacimiento.

Un grupo importante de obreros sigue excavando en la falda de la colina buscando el lugar en el que el túnel de los escombros de Djehuty toque la roca madre. Como los metros más superficiales están formados capas de arena gris y detritus, a veces se levantan enormes nubes de polvo cuando se desploma uno de los “estratos”. El pobre Hasán excava con gorra y tapándose la cara con su bufanda de algodón. Otros se ponen mascarilla o se encienden un pitillo de vez en cuando para, al menos, respirar humo con sabor.

Alicia ha llevado a cabo una micro excavación de una vasija rellena de lino y conteniendo guirnaldas de hojas, semillas y resinas de distinto tipo. La vasija proviene del pozo que en Época Saita se excavó en la pirámide, cuando ésta, 900 años después, ya estaba derruida.

En el vestíbulo de la tumba de Djehuty, Luis Priego ha terminado de limpiar, asistido por la vaporetta, la estela con el himno a Amón-Ra. Esta limpieza ha permitido a Ana poder leer muchos más signos que al principio de la campaña y, por supuesto, muchos más signos que cuando Northampton y Spiegelberg estuvieron aquí.

Trabajo de gabinete

Durante el descanso de la mañana, hemos subido al piso de arriba a visitar al equipo australiano de la Macquire University (Sydney). Su proyecto consiste en la restauración, documentación y publicación de la tumba TT 147. El nombre de su propietario o propietarios no se conoce todavía, pues la tumba sufrió la acción de los seguidores de Akhenaton, que borraron su nombre por pertenecer al clero de Amón. La tumba es de época del reinado de Tutmosis IV o Amenofis III. Fue pintada sobre estuco y, bajo una gruesa capa de güano de murciélago, conservaba una pinturas preciosas y muy ilustrativas sobre la vida cotidiana y ceremonias religiosas de la época. Boyo Ockinga, el director del equipo, nos explicó pausadamente las distintas escenas representadas.

Carlos Spottorno ha estado sacando fotos de la pirámide de Hery. Como el sol da de frente en la fachada, la luz no es la mejor para hacer fotografías, por lo que ha hecho una serie a primera hora de la mañana y la ha repetido a las dos de la tarde. El emparejamiento de las fotos con distinta luz ofrece toda la información sobre el diseño y estructura de la pirámide.

Vida cotidiana