04 Febrero 2020

Hoy hemos recibido la visita de varios jefes del Ministerio de Antigüedades, tanto de Luxor como de El Cairo, interesados en ver la réplica del jardín y los últimos hallazgos. Los hallazgos “espectaculares” es lo que atrae la atención, no sólo de las autoridades, sino también de la gente en general y de los medios de comunicación. Pero la arqueología no es espectáculo, sino una forma de buscar respuestas a preguntas sobre la sociedad, la cultura, la forma de pensar y las creencias de civilizaciones antiguas. Y las respuestas se buscan con método, con meticulosidad, con paciencia. Los hallazgos espectaculares, de hecho, desvirtúan un poco lo que es la arqueología, como si todo consistiera en hallar objetos deslumbrantes. Bien es verdad que los hallazgos ayudan a hacer conocido un proyecto y, sin duda, pueden facilitar la búsqueda de patrocinadores. También es verdad que a todos nos gusta encontrar cosas bonitas, llamativas, y si acaban en la vitrina de algún museo mejor todavía, pero no hay que perder de vista el objetivo real.

David y Gamal han vuelto, esta vez acompañados por Ana, al pozo que excavaron el año pasado. El pozo terminaba conectando con una gran tumba más antigua y en ese punto dejaron de excavar. Puesto que en este pozo encontramos las sandalias y las bolas de cuero, hemos decidido ahora que merecería la pena seguir la excavación. El problema que hay que solventar antes que nada es que la gran tumba sirvió de fosa común para decenas de individuos y el amontonamiento de restos humanos envueltos en lino y mezclados con cerámica se eleva más de un metro y es complicado evitar que se desmoronen si seguimos descendiendo en el pozo.

Alrededor de la capilla ya han llegado a la roca madre en algunas zonas. Sobre el suelo sólo hallamos cerámica de la dinastía 17, lo que concuerda muy bien con la datación de la capilla, que también se apoya sobre roca. La pena es que delante de la capilla, donde debería salir a la luz el pozo funerario asociado a ella, tenemos unos cuatro metros de potencia de lascas de piedra caliza; así que, inevitablemente, el complejo funerario quedará incompleto este año y pendiente para el que viene. La excavación arqueológica es como un serial de capítulos, en el que todo está interrelacionado y es difícil dar por zanjado un tema o delimitar y finalizar una zona. Pero eso es lo bueno, que siempre tienes que volver.