Introducción
Varios grupos de artesanos especializados estuvieron encargados de diseñar, construir y decorar los templos, las tumbas reales y las tumbas privadas en la orilla occidental tebana durante el Reino Nuevo. La información sobre estos trabajadores de la necrópolis quedó plasmada en lo que llamamos “ostraca”, fragmentos de cerámica o de piedra caliza que servían de soporte de escritura y dibujo. Estos materiales eran, evidentemente, más económicos que el papiro y quedaban relegados para aquellos contenidos de menor importancia o copias en borrador. Los bloques de caliza resultantes de las tareas de excavación de las tumbas poseían el color natural de la pared sobre la que posteriormente se plasmaría el original. Los fragmentos de cerámica estaban al alcance de cualquiera entre los restos de viejas vasijas rotas y era el principal soporte para textos y bosquejos muy esquemáticos. Por lo general, el rojo y el negro eran elegidos para realizar este tipo de bocetos, pues eran los colores de la paleta de escriba. En algunos casos la gama se ampliaba para remarcar los detalles dependiendo del interés de lo representado.
Los ostraca dibujados representan ensayos, dibujos preparatorios, apuntes de artista o incluso manifestaciones artísticas libres que no tienen por qué haber sido hechos por un dibujante profesional. Algunos de ellos tienen valor religioso por sí mismos, de forma que estas representaciones funcionaban como estelas privadas o escenas votivas. Los principales temas son: animales, rostros y figuras humanas y divinas, temas satíricos, escenas de tumbas, motivos geométricos y motivos florales. Componen un repertorio muy amplio para un tipo de documentación muy abundante en el entorno tebano y que abarca toda la historia de la necrópolis.
Los trabajadores que habitaron el poblado de Deir el-Medina entre las dinastías XVIII y XX (ca. 1550-1080 a. C.) centraron su labor en las tumbas reales y, en algunas ocasiones, en el diseño de aquellas pertenecientes a los personajes más relevantes de la sociedad egipcia. La mayor parte de la información relativa a la organización del trabajo, reparto de provisiones, cartas, pleitos, y también diseños, bosquejos y apuntes de dibujante proviene de Deir el-Medina. Sin embargo, ésta no es la única fuente de información. Los hallazgos de ostraca en los alrededores de las tumbas privadas de Sheikh Abd el-Qurna nos muestran la existencia de otra fuerza de trabajo que participaba en la construcción y decoración de los templos reales y de las tumbas privadas a lo largo de toda la historia de la necrópolis. Este grupo no parece haber estado ligado a los trabajadores de Deir el-Medina, salvo en contadas ocasiones, y dejó rastro de su labor en la necrópolis en ostraca escritos y dibujados. El testimonio más temprano procede de Deir el-Bahari, donde Winlock encontró un gran número de ostraca que informaban de la organización del trabajo en los reinados de Hatshepsut y Tutmosis III (ca. 1479 -1425 a. C.). Además, mostraban bosquejos, planos y diseños de construcción.
Selección de ostraca dibujados de Dra Abu el-Naga (TT 11-12)
Los ostraca dibujados encontrados por el Proyecto Djehuty hacen referencia a los trabajadores que participaron en la construcción de las tumbas privadas de Dra Abu el-Naga o a aquellos que, por unas razones u otras, pasaron por la necrópolis. Esta zona, que fue necrópolis real durante el Segundo Periodo Intermedio, adquirió una mayor importancia a partir de la dinastía XVIII, acogiendo no sólo las tumbas de la élite privada de comienzos del Reino Nuevo, sino también las de las clases más modestas.
Durante las campañas llevadas a cabo entre los años 2002-2007 por la misión hispano-egipcia delante de las tumbas de Djehuty y Hery (TT 11-12), se han encontrado 43 ostraca dibujados. Algunos se pueden datar por el tipo de representación, otros aparecen asociados a niveles que pueden datarse en un periodo concreto, y otros son difíciles de fechar con precisión. El uso de esta zona como necrópolis desde el Reino Medio en adelante produjo grandes cantidades de material y en muchos casos dificulta la datación por contexto de gran parte de los hallazgos.
La mayoría de los ostraca aparecieron en niveles superficiales, entre el material de revuelto que ha ido acumulándose en la zona. Este relleno es producto principalmente de tres circunstancias: por un lado, la reutilización de muchas tumbas en época posterior; por otro, la acción de ladrones y arqueólogos que ha provocado el movimiento de escombro de un lugar a otro; y, por último, las lluvias torrenciales que arrastraron gran cantidad de material desde lo alto de la colina.
A continuación, presentamos una selección de aquellos ostraca dibujados más significativos que han aparecido en los trabajos realizados en el exterior de las tumbas.
1. Caliza. 13,6 x 16,4 cm. Reino Nuevo.
Bosquejo realizado en tinta negra del signo jeroglífico para el fonema /m/ que representa una lechuza (Gardiner, Sign-list, G 17).
2. Cerámica. 14,6 x 9,6 cm. Reino Nuevo.
Ensayo de artista pintado por ambas caras, realizado en negro y rojo. En el anverso aparece un ganso típico de las representaciones de caza y pesca en los pantanos y, sobre él, otro pájaro en actitud de vuelo. En el reverso se representa un pato volando, similar al signo jeroglífico /pa/ (Gardiner, Sign-list, G 40) y la parte trasera de un animal difícil de identificar.
3. Cerámica. 19 x 10,5 cm. Reino Nuevo, dinastía XVIII.
Dibujo esquemático realizado en tinta roja, que representa una escena funeraria. La escena se divide en dos registros. El registro inferior reproduce una procesión de ofrendas, donde uno de los oferentes porta una pata de vacuno (khepesh). En el registro superior se muestra el final de la procesión funeraria, en el momento en que el cortejo se encuentra con los bailarines-mww a la entrada de la necrópolis. Junto a la imagen del bailarín-mww tres trazos verticales señalan que otros tres personajes serían representados en la misma actitud en el original. La presencia de estos personajes en la procesión funeraria es común en algunas de las tumbas de la dinastía XVIII, como la de Hery (TT 12), Tetiky (TT 15), Nebamon (TT 17) e Ineni (TT 81). La representación esquemática de este tipo de escenas asociadas a tumbas aparece en otros ostraca tebanos, como los encontrados en el patio de la tumba de Ahmose (TT 121) y en los alrededores de la tumba de Senimen (TT 252).
4. Cerámica. 8,4 x 5,5 cm. Reino Nuevo, dinastía XVIII.
Dibujo esquemático realizado en rojo, que muestra parte de una escena de ofrendas. El oferente porta una estatua masculina con un bastón. Un paralelo de este tipo de representación se encuentra en la tumba de Suemniut (TT 92).
5. Cerámica. 8,4 x 8,7 cm. Reino Nuevo, dinastía XVIII.
Dibujo esquemático realizado en negro, que representa parte de una escena funeraria. Por un lado es representado el dios Osiris con el cetro-was, el cetro-heka y el flagelo. Delante de él se ve parte de la figura del dios Anubis, el cual sostiene en su mano izquierda el signo de la “vida” ankh. Esta escena tiene un paralelo, por ejemplo, en la tumba de Hery (TT 12), en el registro inferior de su procesión funeraria.
6. Cerámica. 6,2 x 4,8 cm. Reino Nuevo, dinastía XVIII.
Dibujo esquemático realizado en negro, que representa parte de una escena funeraria. Aparecen dos personajes sin brazos que recuerdan a los cuatro “dioses de las grandes puertas” representados en algunas tumbas de principios de la dinastía XVIII, como las de Hery (TT 12), Nebamon (TT 17), Paheri (el-Kab) y Rekhmira (TT 100). Estos personajes eran los encargados de custodiar los accesos al Más Allá.
7. Cerámica. 4,5 x 8 cm. Datación imprecisa.
Dibujo realizado en negro, que representa parte de una figura masculina con barba postiza y peluca, pudiendo tratarse de la figura de un difunto o una imagen real.
8. Cerámica. 7,7 x 11 cm. Reino Nuevo.
Dibujo realizado en negro, que representa una imagen de la diosa Hathor en forma de vaca, portando el collar menat. Esta divinidad recibió el epíteto de “Señora del oeste” y “Señora de la montaña”, convirtiéndose en la protectora de la necrópolis tebana. Su principal centro de culto fue Deir el-Bahari, pero también adquirió gran importancia en Deir el-Medina. Son numerosas las representaciones de la diosa Hathor como vaca en el ámbito religioso privado de la dinastía XIX, tal y como se refleja en algunas tumbas privadas ramésidas y en varias estelas procedentes de Deir el-Medina.
9. Cerámica. 7 x 8,8 cm. Reino Nuevo, dinastía XVIII (?).
Dibujo realizado en negro de una flor de loto. Esta flor está asociada a escenas funerarias del Reino Nuevo, donde el difunto y los personajes que le acompañan en la escena de banquete sujetan una con la mano mientras la huelen. Su capacidad de cerrarse por la noche y sumergirse bajo el agua para volver a emerger y abrirse con la salida del sol, convertía a la flor de loto en un símbolo del renacimiento cíclico.
10. Caliza. 29 x 21 cm. Datación imprecisa.
Dibujo lineal realizado con tinta negra. Desde la dinastía XVIII en adelante muchos de los techos de las tumbas tebanas presentan un tipo de diseño lineal parecido. Podría tratarse, sin embargo, de un mero divertimento del autor.