3 febrero 2005

Trabajo de campo

El día de hoy ha sido bastante tranquilo. Delante de la entrada a la tumba de Djehuty, junto a la estera con cerámicas que encontramos ayer, ha salido a la luz una tabla de sarcófago con inscripción y una “cama” de cañas. Todo forma parte del contexto de la “dama blanca”, el sarcófago intacto que encontramos en la segunda campaña y que pertenecía a una mujer que probablemente vivió en torno al año 1000 antes de Cristo.

Los cuatro grupos de trabajadores que supervisaba José Miguel han terminado de hacer las terrazas de más al fondo, y se han colocado ahora en la zona entre la tumba de Djehuty y la de Nebamón. Allí, ha salido hoy el fragmento de un vaso canopo de cerámica, con la inscripción en bastante buen estado.

Trabajo de gabinete

Dentro de la tumba de Djehuty, Ana ha estado fotografiando la parte de la sala transversal que se encuentra en peor estado de conservación. Con la luz muy rasante se puede conseguir ver algunos de los relieves y de las inscripciones que decoraban esta parte de la tumba. Al mismo tiempo, con Pía y Alí, hemos estado discutiendo la posible causa del daño de las paredes, probablemente causados por un intenso fuego en el interior y la posterior inundación de la sala casi hasta el techo. La sucesión de estos dos factores hizo que en época antigua la piedra caliza reaccionara y se dañara como si se hubiera lavado con ácido.

Pía ha comenzado a consolidar el himno a Amón-Ra del vestíbulo. Arriba de la colina, Carlos y Fathi han continuado prolongando su pozo hacia abajo y cada vez el paso a la tumba de arriba se hace más accesible.

Hoy es el cumpleaños de Mohamed, el niño que nos ofrece el té durante la jornada. Cumple catorce, y nos ha invitado a todos esta tarde a su casa para celebrarlo. “Kulu sana ua anta tayib, Mohamed”.

Vida cotidiana