27 Mayo 2021

Hoy, jueves, ha sido el primer día de paga. Por ahora “solo” hemos contratado a veinticinco trabajadores, además del rais Ali y sus asistentes, el inspector, el aguador, el electricista, los diversos guardas y policías, el uso del “toilette” del Opera Aida for Alabaster, etc. Cerrar el día con la paga es uno de los rituales que, inequívocamente, te recuerdan y confirman que estamos aquí, en Luxor, de campaña. Hoy hemos alargado un poco la jornada y hemos estado en el yacimiento hasta las dos y cuarto. A la hora de recoger, todo lo que era de metal ardía y la sensación era como si estuviera encendido un secador gigante.

La razón del retraso ha sido que, para escanear la tumba rupestre de la dinastía XII que excavó Carlos, la que está vinculada al jardín funerario,  hemos tenido que sacar todas las cajas con materiales que guardamos dentro, incluyendo las de la cámara funeraria al fondo del pozo que tiene dentro. Ha sido un trabajazo enorme, pero es que después de escanearla, teníamos que volver a meter dentro todo antes de cerrar el yacimiento hasta el sábado.

Como Joan es incombustible, mientras los trabajadores sacaban primero y después volvían a meter las cajas en la tumba de Caros, aprovechaba y con Ana se iban a escanear la tumba-capilla de Hery y las galería ptolemaicas que excavó Cisco. La verdad es que ya le hemos sacado un enorme partido al escáner de Leica, y acabamos de empezar…

Dentro de la tumba-capilla de Djehuty, Nacho ha seguido entregado a la colocación de los nuevos focos. Incluso en la sala transversal, donde los relieves de las paredes están más deteriorados, con la luz rasante de las nuevas luces las figuras y los textos que las acompañan se ven fenomenal. Genera mucha satisfacción ver cómo nuestro trabajo consigue realzar la belleza artística y los jeroglíficos de las inscripciones.