26 enero 2003

Trabajo de campo

Nada más empezar la mañana, Saad se puso manos a la obra para desenterrar la tabla de sarcófago en el sector supervisado por José Miguel. Dos horas después, sobre las nueve, pudimos darle la vuelta. Se trata del lateral de un sarcófago pintado en negro, con los textos y la decoración en amarillo. Su propietario era una mujer llamada Henut, que vivió durante la dinastía XVIII, en torno al año 1400 antes de Cristo. A la altura de la cabeza se representa un ojo, a través del cual la difunta podría mirar, y debajo se ha pintado una puerta, por donde el alma de Henut podría salir del sarcófago y disfrutar de las ofrendas que le traerían a la tumba periódicamente familiares y sacerdotes. En el costado del sarcófago, se representan dioses de carácter funerario. Sus figuras y el texto que las acompaña están parcialmente dañados, pero puede considerarse que el estado de conservación de la pieza es, en líneas generales, muy bueno.

Una vez hechas las fotos del sarcófago en el exterior, lo llevamos dentro de la tumba para que Montse pudiera llevar a cabo una primera limpieza y Ana sacara las primeras fotos de “estudio”, subida a una escalera. Es, sin duda, una gran pieza, y pudiera ser contemporánea de la cara y los pies de la tapadera de sarcófago que descubrimos la campaña pasada.

Trabajo de gabinete

Mohamed el-Bialy, Director del Servicio de Antigüedades de toda el área de Luxor y miembro del Proyecto “Djehuty”, nos ha visitado en la excavación. Además del sarcófago, le hemos enseñado las piezas que hemos encontrado en los últimos días, y se ha quedado francamente impresiondo.

Cuando los obreros dejaron de trabajar, a la una de la tarde, el rais Ali y seis trabajadores escogidos comenzaron la tarea de taponar una de las escombreras que penetran dentro de la cámara más interna de la tumba de Djehuty desde otra tumba superpuesta. La solución por la que hemos optado consiste en no remover los escombros, sino fijarlos en su sitio levantando un muro de contención escalonado, en forma de “mastaba”, apoyado sobre el suelo de la tumba de arriba, por lo que la tumba de Djehuty no se ve afectada. Ali Farouk, nuestro rais, ha sido el artífice de toda la operación, trabajando con sumo cuidado y, a la vez, con determinación. Junto a él estaba nuestro inspector, Mahmoud “Khufu”, que ha sudado la gota gorda colocando piedras y poniendo cemento. Pocos inspectores se habrán involucrado tanto en su trabajo como lo ha hecho él hoy. Desde luego, ha subido muchos puntos. La verdad es que todos han trabajado muy duro, y creo que no es difícil imaginarse el intenso calor, la humedad y el polvo que saturaba el aire allí dentro. A las cinco el muro sobre los escombros estaba levantado y el agujero taponado. El sol ya se estaba poniendo detrás de la colina occidental cuando salíamos al exterior, cansados y sucios, pero nunca perdiendo la sonrisa. Eso es lo que los egipcios más nos enseñan, a sonreir. “Smile, you are in Luxor”.

Vida cotidiana