22 enero 2008

Ayer por la noche llovió mucho, muchísimo para lo que es Luxor. La media anual es de 2 litros por metro cuadrado al año (El Cairo 29), y ayer cayó aquí mucho más. Se fue la luz en toda la zona y tuvimos que cenar con velas. Cuando nos fuimos a acostar, nuestras habitaciones tenían todas goteras y, a la mañana siguiente, había grandes charcos por todos sitios. Las tumbas aguantaron el chaparrón sin problema. La excavación del exterior tampoco se vio afectada; de hecho, la estratigrafía se podía ver más claramente con la tierra húmeda. Lo que sí sufrió fue la jaima de restauración y cerámica y su interior, que acabó todo empapado.

En medio del aguacero, llegaron al Marsam Sole, Sergio y Leandro. A la mañana siguiente se incorporaron al trabajo en el yacimiento, después de un recorrido por el interior de las tumbas con el “mudir”, revisando juntos el estado de la piedra y los lugares de mayor riesgo. Sole y Sergio se instalaron en el vestíbulo de la tumba de Djehuty para descargar en el ordenador los termohigrómetros HoBo que dejamos instalados el año pasado para registrar las variaciones de temperatura y humedad a lo largo del año en distinto lugares de las tumbas. A media mañana, Pía, Leandro y José Manuel se acercaron al almacén para volver a estudiar el estado de la madera de la Dama Blanca y colocar las otras piezas que tenemos allí en mejores cajas.

La excavación del pozo de Djehuty sigue su curso. Hoy hemos descendido casi hasta un metro y medio de profundidad. Sigue saliendo bastante cerámica en el relleno del pozo, algún ushebti, cuentas de fayenza y otros materiales menores. Mañana ya tendremos que emplear la escalera para subir y bajar. En la excavación del patio de Djehuty han salido hoy tres ramos ramos de flores asociados a restos de un ataúd en muy mal estado y algunos huesos humanos.