Mientras Gude y Pía visitaban y disfrutaban del Rameseum, un grupo nos hemos aventurado por los wadis al norte del Valle de los Reyes. En los dos wadis que corren paralelos al que conduce a las tumba reales, durante la dinastía XVIII y después se abrieron grandes canteras para extraer bloques de caliza. El aspecto de los agujeros y cortes en la roca es impresionante. Al menos en uno de los huecos se conservan tres grafiti de época faraónica. El paseo por los farallones fue realmente una experiencia. Acabamos a los piés de Thot Hill, en un puesto de vigilancia de época romana levantado con adobes.
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Vista de Thot Hill desde el sur.
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Puesto de vigilancia romana antes de llegar a Thot Hill.
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Puesto de vigilancia de adobe, camino de Thot Hill.
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Grupo de "aventureros" al pie de Thot Hill.
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Nieves hace de friki de pilates.
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Vista de las canteras de la dinastía XVIII al norte del Valle de los Reyes.
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Nieves y Zulema posan con una versión "gafir/guardia" de espantapájaros.
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Columnas del Rameseum.
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Joan hace de "master cheff" en el Marsam.
Joan ha cocinado hoy una estupenda paella, que hemos podido regar con buen vino de Ribera del Duero gracias a los amigos de Pito que han venido a visitarnos un par de días. Siempre es agradable compartir nuestra vivencia en el West Bank y contar en directo lo que hacemos en el yacimiento. Como cada viernes, la sobremesa se alargó hasta el atardecer y nos dieron las doce eligiendo las fotos y redactando el diario. El cansancio y el sueño te envolviendo poco a poco, pero el esfuerzo merece la pena, pues nuestra forma de compartir la inmensa suerte que tenemos con los que están más lejos.