13 febrero 2015

Mientras Gude y Pía visitaban y disfrutaban del Rameseum, un grupo nos hemos aventurado por los wadis al norte del Valle de los Reyes. En los dos wadis que corren paralelos al que conduce a las tumba reales, durante la dinastía XVIII y después se abrieron grandes canteras para extraer bloques de caliza. El aspecto de los agujeros y cortes en la roca es impresionante. Al menos en uno de los huecos se conservan tres grafiti de época faraónica. El paseo por los farallones fue realmente una experiencia. Acabamos a los piés de Thot Hill, en un puesto de vigilancia de época romana levantado con adobes.

Joan ha cocinado hoy una estupenda paella, que hemos podido regar con buen vino de Ribera del Duero gracias a los amigos de Pito que han venido a visitarnos un par de días. Siempre es agradable compartir nuestra vivencia en el West Bank y contar en directo lo que hacemos en el yacimiento. Como cada viernes, la sobremesa se alargó hasta el atardecer y nos dieron las doce eligiendo las fotos y redactando el diario. El cansancio y el sueño te envolviendo poco a poco, pero el esfuerzo merece la pena, pues nuestra forma de compartir la inmensa suerte que tenemos con los que están más lejos.