8 febrero 2006

Trabajo de campo

Hoy ha sido otra dura jornada, que se ha prolongado hasta pasadas las cuatro de la tarde. Los sarcófagos de madera de la dinastía XXI son de una madera muy débil, fibrosa y, además, habían sido severamente atacados por termitas. Eran tremendamente frágiles, por lo que hemos pasado varias horas tratando de salvar lo más posible de la decoración pintada. Al final, los hemos trasladado al interior de la tumba de Djehuty, donde hemos comenzado su limpieza y consolidación.

Salima Ikram llegó ayer por la noche y ha estado trabajando con nosotros desde primera hora. A comenzado estudiando detenidamente la momia que pensamos que era de un niño nubio. Resulta que es una niña, de unos cuatro años, y no necesariamente nubia. La calidad de la momificación es sobresaliente, y la postura del brazo izquierdo flexionado, con la mano sobre el pecho, es sorprendente. Muy probablemente vivió durante la dinastía XXI; pero, en qué circunstancias llegó su cuerpo hasta nuestro yacimiento y de dónde procedía son incógnitas que por ahora no podemos responder.

En la zona del patio de la tumba intermedia, justo pegando con el muro que separa éste del de Djehuty, ha aparecido un enterramiento muy pobre, una caja, un esqueleto y nada de ajuar. José Miguel seguirá excavándolo mañana.

Trabajo de gabinete

En el sector de José Miguel ha aparecido también un pequeño fragmento de papiro y parte de una tabla de madera buena con algunos signos de escritura en tinta negra. Cuando Pía limpie la tierra incrustada de la superficie podremos leer mejor lo que está escrito.

Por la tarde vamos a ir todos a casa de Mohamed, el niño del té, para celebrar su 14 cumpleaños.

Vida cotidiana