24 enero 2008

Nada más comenzar la jornada de hoy, pasamos un tiempo estudiando la relación entre el ataúd del Reino Medio que sacamos a la luz por debajo del suelo de Djehuty y las riadas que han corrido por el patio a lo largo del tiempo y que han dejado su huella en el corte de la cata. El ataúd sólo conserva la mitad inferior, las piernas y pies de su propietario. El resto del cuerpo y del ataúd lo encontramos muy destrozado. Debajo de la caja del ataúd hallamos unas cuantas hojas, probablemente de los ramos de flores que encontramos justo por encima del ataúd.

En el interior de la tumba de Djehuty hemos descendido hasta casi dos metros y medio de profundidad. Junto con una cantidad de fragmentos de cerámica bastante considerable, ha salido del interior del pozo un cono funerario con la impronta del sello en muy buen estado. Pertenece a un tal Ta-her-setjat-en-ef, que era el encargado del vino dulce del dios Amón durante la dinastía XVIII. Junto al pozo, Leandro ha estado analizando el estado de las paredes y la presencia de sales y concreciones de barro en la superficie.

Curro y Parra han seguido estudiando los fragmentos de ataúd decorado de otras campañas y han conseguido unir varias piezas de este inmenso puzzle. Elena ha hecho un intermedio en su tarea de dibujar cerámica, para estudiar un vaso canopo que encontramos hace dos años en el pozo funerario de la tumba intermedia. Su pareja se encuentra guardada en el almacén del Servicio de antigüedades, dentro de un arcón que contiene la selección de piezas halladas por nuestra misión.