Informe campaña 2012

Undécima campaña: 9 de Enero – 19 de Febrero

AGRADECIMIENTOS

El Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto ha estado en todo momento dispuesto a colaborar en todo lo posible, por lo que estamos muy agradecidos al Ministro de Antigüedades, Dr. Mohamed Ibrahim, al Secretario General, Dr. Mustafa Amin, y al Dr. Mohamed Ismail, Director del Comité Permanente y Asuntos de Misiones Extranjeras. En Luxor, como ha venido siendo la norma cada año en el pasado, las autoridades responsables del Consejo Supremo de Antigüedades nos han prestado generosamente su ayuda, en particular Manosour Boraek, Director General de Antigüedades en el Alto Egipto, Mohamed Asm, Director General del área de Luxor, y Mohamed Abdel-Aziz, Director del Departamento de Antigüedades en la orilla Occidental de Luxor.

La undécima campaña arqueológica del Proyecto Djehuty ha sido financiada generosamente por Unión Fenosa Gas (http://www.unionfenosagas.com/en) y por el Ministerio de Cultura de España (http://www.mcu.es).

ARQUEOLOGÍA

Los monumentos funerarios de Djehuty y de Hery (TT 11–12) están ubicados en el extremo norte de la extensa necrópolis de la antigua Tebas, en la zona central de la colina de Dra Abu el-Naga. Fueron talladas en la roca al pie de la colina, y están conectadas por dentro a través de una tercera tumba-capilla identificada como –399–. Los tres monumentos datan de comienzos de la dinastía XVIII, es decir, de la primera mitad del siglo XV a. C. Una misión arqueológica hispano-egipcia ha estado trabajando en la zona desde enero de 2002, realizando campañas consecutivas anuales durante los meses de enero y febrero.

Las excavaciones a un lado y otro de los monumentos de Djehuty y Hery están desenterrando una parte significativa de la antigua necrópolis, mostrando cómo las tumbas-capilla se construían unas al lado de otras formando una hilera, siguiendo una «calle» a los pies de la colina. Están separadas unas de otras por una pared de roca de tan sólo medio metro o un metro de grosor, y por esta razón acabaron siendo interconectadas unas con otras tiempo después. La densidad de monumentos funerarios en Dra Abu el-Naga es mayor que en otras áreas de la necrópolis debido al simbolismo de su localización, pues se encuentra justo en frente del templo de Karnak y junto al cementerio real de los líderes tebanos de la dinastía XVII.

TUMBA-CAPILLA DE HERY (TT 12)

La sala más interna de la tumba-capilla de Hery mide 5,20 x 6,60m, y tiene un pilar en el centro de 1m de lado aproximadamente. Como también ocurriera en el monumento de Djehuty, a través de dos agujeros en el techo cayeron dentro tierra y piedras que colmataron la sala hasta arriba. Uno de ellos rompe además parte del pilar central, y el otro conecta en diagonal con la vecina tumba de Baki, construida unos 75 años después, 2,5m más arriba en la falda de la colina y tan sólo con 1m de separación hacia el norte/este.

Una vez frenada la caída de escombro por los agujeros del techo, la campaña pasada pudimos comenzar a excavar en la sala más interna, junto al pilar central. El terreno que rellenaba la sala contenía objetos de equipamientos funerarios de épocas posteriores, testimonio de la reutilización del espacio durante un dilatado periodo de tiempo. Puesto que no se encontraron objetos modernos, todo parece indicar que la sala no se llegó a vaciar, que los escombros no se tocaron en los siglos XIX y XX de nuestra era.

El pozo funerario concebido para convertirse en la tumba de Hery, para albergar su momia, ataúd y equipamiento funerario, fue descubierto al final de la campaña pasada junto a la pared sur/oeste de la sala más interna. No tiene brocal y su apertura tiene unas dimensiones algo mayores de lo convencional: 2,40 x 1,10m. El pozo fue excavado este año, y terminó teniendo 7,50m de profundidad. El relleno de los primeros dos metros consistía principalmente en un fino polvo blanquecino, consecuencia de quemar y calcinar huesos humanos. Como resultado de esta actividad, la superficie de las paredes del pozo a esta altura presentaban un estado muy erosionado, muy suave, sin aristas. Los materiales que hallamos en este primer estrato datan principalmente de época romana: una lucerna con un hueso quemado pegado a su base, pequeños cuencos de cerámica y una momia de ibis. A partir de los dos metros hasta el suelo, el pozo se había rellenado con grandes bloques de piedra, y las paredes presentaban ahora un aspecto más normal, con la superficie irregular, áspera y con aristas. Los materiales que hallamos aquí oscilaban entre fragmentos de la tapa de un ataúd de madera policromada de la dinastía XXI, un fragmento de relieve de época ramésida, o fragmentos de vasijas de cerámica de comienzos de la dinastía XVIII.

Al fondo del pozo se abren dos cámaras, una hacia el este/sur y otra hacia el oeste/norte. La primera de ellas tiene la entrada todavía parcialmente cerrada con adobes. Su interior esta vacío, salvo por una gran cantidad de huesos de ave esparcidos por el suelo y los adobes que cerraban la entrada hasta arriba y que en algún momento se empujaron hacia adentro para poder entrar. La sala comunica con otra a través de un pequeño agujero, y ésta, a su vez, parece comunicar con el pozo funerario de la tumba intermedia (–399–). La cámara oeste/norte la hallamos también parcialmente cerrada con adobes. Ésta, por el contrario, se encuentra llena casi hasta el techo de momias de animales, principalmente ibis y halcones, envueltos en un sudario y vendas de lino formando paquetes muy compactos. Muy probablemente el conjunto esté formado por más de un centenar de ejemplares, y existen muchas posibilidades de que la cámara comunique con una o más estancias. La cámara sepulcral parece estar intacta desde su reutilización a mediados o finales del siglo II a. C., cuando estimamos que se depositaron las momias de animales dentro de los monumentos funerarios, como así parecen indicar los graffiti escritos en demótico asociados a esta práctica. Ambas cámaras se investigarán exhaustivamente durante la próxima campaña.

La sala más interna de la tumba-capilla de Hery se terminó de excavar en su totalidad este año, y se hallaron algunos objetos de interés muy próximos ya al suelo. Entre ellos, cinco fragmentos de piedra con decoración tallada en relieve procedentes de las paredes del pasillo central del monumento. Junto a la pared del fondo, al oeste/norte, en un estrato de polvo fino y blanquecino, claro indicio de haber quemado allí huesos humanos, hallamos una figurilla de bronce representando al dios Osiris (14 x 3,8 x 1,3cm) de muy buena calidad y en muy buen estado de conservación, probablemente de época romana. Al otro lado de la sala hallamos en dos fragmentos una tabla de madera pintada (16,5 x 15 x 1,5cm) con la figura arrodillada de la diosa Neftis, enmarcada por una inscripción que reproduce una oración: «Palabras pronunciadas por Neftis, la hermana del dios, el ojo de Ra, señora de la casa de la vida, que ella otorgue…» Entre el derrubio que caía procedente de la tumba-capilla de Baki, hallamos un ostracon de cerámica (6,6 x 6,3 x 0,6cm) escrito en tinta negra, columnas verticales y signos jeroglíficos cursivos, y que reproduce, a modo de ensayo, una de las inscripciones estándar que acompaña a la escena de caza y pesca en los cañaverales.

En el lado norte/este de la sala, salió a la luz la entrada pequeña y cuadrangular (1,35 x 0,93m) de un segundo pozo funerario. Tampoco este tenía brocal, sus paredes son muy irregulares y tan sólo tenía 3m de profundidad. El fondo no es horizontal, sino ligeramente inclinado hacia el interior de una cámara funeraria, cuya entrada tampoco se terminó de tallar con cuidado. En el interior de la cámara hallamos objetos de diversas épocas que en algún momento fueron arrojados allí: (a) un fragmento de relieve de tamaño considerable procedente del extremo interior de la pared derecha del pasillo de Hery, mostrando la espalda de su madre sentada sobre una silla; (b) un dintel de arenisca tallado en relieve, de época ramésida, en el que aparece un personaje adorando a Osiris y a la diosa de Occidente; (c) la cara de un ataúd de madera pintada de rojo y la peluca de azul/verde; (d) la cara de un ataúd de madera que habría tenido el fondo pintado de negro y las figuras e inscripciones en amarillo; (e) fragmentos de papiro que, tras unirse, componen parte de una figura sedente del dios Osiris; (f) tres cráneos humanos y huesos esparcidos por toda la cámara; (g) seis momias de animales, probablemente ibis y halcones, cuatro de ellas en buen estado; (h) una máscara de cartonaje en forma de cabeza de halcón; (i) un conjunto de 376 shabtis completos (15 de ellos rais, además de 25 incompletos), de barro cocido y luego pintado de azul, fechables en el Tercer Periodo Intermedio; (j) un conjunto de 268 shabtis completos (uno de ellos rais), cocidos y pintados de amarillo, también del Tercer Periodo Intermedio.

Obstaculizando el paso a la sala más interna desde el pasillo de entrada, se levantó en época romana un muro de adobe, del que sólo se conservan las hileras inferiores. Cuando el muro tenía su altura máxima, cubrió y protegió la parte de la pared de la sala sobre la que se apoyaba, y es únicamente aquí donde se conserva la superficie de la pared original y, consecuentemente, donde se constata que la pared (probablemente las cuatro paredes de la sala) estuvo en su día decorada en relieve como las paredes del pasillo. Esta circunstancia parece indicar que una de las principales causas del deterioro de la superficie de las paredes de la sala, dejándolas enteramente lisas, «lavadas», erosionadas (como los dos primeros metros del pozo funerario) fue la incineración y calcinación de los huesos humanos en época romana. Tal vez esta actividad produjera una reacción química en la superficie de la roca de la pared que causó su resquebrajamiento y caída, salvo en la franja vertical que quedó cubierta por el muro de adobe.

El propósito del muro de adobe parece haber sido desviar y conducir al visitante hacia las escaleras también de adobe que ascienden hasta la tumba-capilla de Baki, y/o hacia el interior de una galería subterránea que se abre en el nexo entre Hery y Baki, y que se adentra en la colina por debajo del suelo de Baki.

La conexión entre las tumbas-capillas de Hery y de Baki se abrió y talló con cuidado probablemente en época ptolemaica-romana, o tal vez antes. En una de sus paredes, junto a la entrada de la galería subterránea, se escribieron en tinta roja tres extensos graffiti en demótico. Uno de ellos menciona «el lugar de enterramiento» y el nombre de un escriba llamado Payef-tjawemawy-Khonsu hijo de Nes-Min, «el grande de Tot». Según Richard Jasnow, el especialista en demótico del equipo, el graffiti puede fecharse en el año 200 a. C., aproximadamente.

Delante de la entrada a la galería, hallamos una momia humana manipulada sin el menor cuidado y arrojada al suelo de cualquier modo. Ya dentro de la galería, en la primera estancia, fuimos sacando a la luz cinco cuerpos humanos que en algún momento fueron parcialmente despojados de sus vendas y tirados de mala manera, formando casi un círculo. Entre los vendajes de dos de ellas, se conservan sendas vasijas de cerámica de época ptolemaica-romana. Una de las momias, la que se encuentra justo en medio de la entrada, se ha colocado ligeramente erguida, haciendo reposar su espalda sobre tres adobes colocados a propósito, con la aparente intención de intimidar o asustar al visitante (un caso similar nos encontramos años atrás, al comienzo de la excavación del pozo funerario de la sala transversal de la tumba intermedia –399–: un momia «saliendo» del pozo). Otro de los individuos tenía un cono funerario «clavado» en el cuello, lo que parece dejar claro que alguien estuvo «jugando» con las momias. La galería será excavada en su totalidad en un futuro próximo.

A la entrada de la galería un conjunto variopinto de objetos fueron apareciendo mezclados, incluyendo varios fragmentos con decoración en relieve procedentes de las paredes del pasillo de Hery. Además, hallamos una tapa de vaso canopo de cerámica con forma de cabeza humana, peluca a rayas negras/azules y amarillas y el nombre de la diosa Selket escrito en la coronilla; dos máscaras de cartonaje pintado con la forma de cabeza de halcón; un amuleto en forma de pilar-djed de fayenza; y un conjunto de 167 shabtis completos (10 de ellos rais, además de 10 ejemplares incompletos) pintados de azul, del mismo tipo que el conjunto hallado en el segundo y menor pozo funerario de la sala más interna de la capilla-tumba de Hery.

TUMBA-CAPILLA DE BAKI

El patio de entrada a la tumba-capilla de Baki, ubicada a 2,5m más arriba en la falda de la colina que la tumba-capilla de Hery pero separada de ésta hacia el noroeste tan sólo 1m, fue excavado en el año 2005. Entonces, descubrimos caídas sobre el suelo las jambas de arenisca que flanqueaban la entrada a la parte interior del monumento. La inscripción tallada en relieve identificaba al propietario como «el supervisor del ganado de Amón, Baki», quien debió vivir unos años después de Djehuty, a mediados de la dinastía XVIII. El interior del monumento, sin embargo, fue pintado sobre una gruesa capa de mortero y estuco, y lamentablemente casi la totalidad de la decoración se ha perdido. Más aún, las paredes y el techo fueron picadas de tal forma, que hoy resulta difícil trazar la planta del monumento. De hecho, cuando Jean Francois Champollion e Ipolito Rosellini pasaron por su interior para descender hasta el pasillo de Hery, la calificaron como «una gran caverna».

El interior de la tumba-capilla de Baki tenía 1m de tierra y piedras sobre el suelo original. El espacio fue reutilizado en época romana (lucernas y cerámica), y todavía de forma más intensa en época moderna, en los siglos XIX y XX, cuando se guardaron dentro animales y se construyó un hogar circular con adobes. La excavación de este año sacó a la luz un escalón de entrada al interior del monumento, construido en mampostería y de diseño muy cuidado. Además, en un muro lateral junto a la entrada, descubrimos parte de la mitad inferior de una inscripción biográfica que fue posteriormente oculta tras un murete de adobe recubierto con una capa de mortero. El texto hace referencia a la intachable conducta y tareas que desempeñó Baki en vida como supervisor del ganado de Amón.

TUMBA-CAPILLA DE AY

Lo que parecía ser una gran tumba-capilla que posteriormente fue agrandada y convertida en una cueva o caverna, terminó siendo en realidad dos, cuyo muro de separación fue en algún momento enteramente derruido, dejando así un gran espacio diáfano. Así, la excavación de este año desenterró la entrada a una tumba-capilla de la que no se tenía noticia. Su propietario pudo ser identificado gracias al hallazgo de 66 conos funerarios caídos sobre el suelo del patio de entrada, junto a la fachada. La impresión del sello sobre la base de los conos se lee «Ay, supervisor de los tejedores». Los conos de Ay tienen la peculiaridad de que la impronta del sello es muy poco profunda y fue cubierta con una lechada blanquecina; pero, además, su forma no es cónica, sino de prisma. Cinco ladrillos con el mismo sello estampado repetidas veces sobre dos de los lados fueron también hallados en el patio.

En el exterior se encontraron otros materiales, como un fragmento de arenisca en relieve de época ramésida, o un conjunto de ocho saquitos de lino para contener natrón. En la parte interior de la entrada, hallamos once adobes estampados con el sello del «escriba Nebamon». Pero sin duda lo más sorprendente fue el hallazgo de un adobe de dimensiones excepcionalmente grandes (48 x 24 x 12cm), con la impresión de un ibis sobre un estandarte, es decir, con el nombre del dios Tot, de Djehut(y).

SECTOR SOBRE LAS TUMBAS-CAPILLAS

Se continuó este año con la limpieza y excavación de la zona de la falda de la colina que está por encima de las tumbas-capillas ya descubiertas, es decir, por encima de las ubicadas en el primer, segundo y tercer nivel. El material que encontramos aquí aparecía descontextualizado y muy mezclado. Cabe mencionar, los fragmentos que juntamos de un plato de cerámica (11,4 x 11,6 x 0,8cm), cuya base fue empleada para escribir una oración de carácter funerario: «Una prerrogativa que el rey concede, y que Amón-Ra-Horakhty y Atum [señor de…] en el horizonte de (?). Sus cuerdas […] ilumina sus dos ojos. Que él (me) conceda ser un espíritu en el cielo, poderoso en [la tierra…] él aparece en el horizonte Occidental del cielo […]».

SECTOR 10, AL SUR/OESTE DEL PATIO DE ENTRADA A LA TUMBA-CAPILLA DE DJEHUTY

En la campaña pasada se abrió un nuevo sector en la excavación a la izquierda del patio de entrada a la tumba-capilla de Djehuty. En un nivel muy superficial, a tan sólo 40cm por debajo del suelo moderno, hallamos un depósito de shabtis de la dinastía XXI (ca. 1000 a. C.). Este año retomamos la excavación y también en un nivel superficial fueron saliendo a la luz un número considerable de fragmentos de relieve, una treintena, algunos de los cuales procedían de las paredes interiores del monumento de Djehuty. Entre el material que fuimos descubriendo, cabe mencionar, además, los pies de un shabti de piedra caliza y de gran tamaño, con la inscripción incisa en líneas horizontales, identificando a su propietario como «el escriba Ay»; y dos fragmentos de estatua policromada. También hallamos un depósito de momificación de época Saita (ca. 650 a. C.), formado por una gran vasija tubular y catorce saquitos de lino con natrón. Un hallazgo significativo y que requiere un estudio más en profundidad consiste en un lienzo de tela de lino con un texto escrito en tinta negra y signos jeroglíficos cursivos, dispuestos en columnas separadas por líneas verticales. Su estado de conservación no es muy bueno, pero, aún así, Barbara Lüscher ha sido capaz de identificar el capítulo 124 del Libro de los Muertos.

A lo largo de toda la campaña fuimos desenterrando un gran depósito de cerámica, llegando a recoger al final hasta 2.000 vasijas de varios tipos, la mayoría pudiéndose fechar, en principio, a comienzos de la dinastía XVIII. Algunos recipientes contenían restos de plantas. Con las cerámicas no se halló ningún otro tipo de material, sólo vasijas. El conjunto no parece haber formado parte del ajuar de un enterramiento concreto, sino más bien parece estar asociado a una práctica cultual, constituyendo probablemente los restos de ofrendas depositadas en un santuario. Futuras excavaciones en la zona tal vez nos ayuden a descubrir la naturaleza de esta inusual acumulación de vasijas en la necrópolis.

A poca distancia del gran depósito de cerámica, descubrimos la entrada a un pozo funerario, con el reborde de la parte superior construida con adobes. El interior será excavado la próxima campaña. En extremos opuestos del Sector 10, salieron sendas estructuras de adobe. Ambas parecen ser capillas funerarias, cada una probablemente asociada a un pozo funerario.

La capilla inferior, en el extremo este/sur, se levanta 0,90m de altura, estando su base a 1m por encima del nivel del patio de Djehuty. Los adobes empleados en su construcción miden 18 x 15cm. Excavando dentro de la capilla, hallamos seis shabtis de madera de comienzos de la dinastía XVIII, dos pequeños ataúdes de madera y un pequeño sarcófago de barro (caja) y cerámica (tapa). Tres de las figurillas fueron inscritas sobre una fina capa de pintura blanca. Dos de ellas tienen solamente un nombre de persona escrito en hierático, que probablemente deba leerse Ahmose-sa-pa-ir (algunos de los signos no se ven bien). Una tercera figurilla (14,3 x 2,5 x 2cm), de calidad muy superior, tiene una inscripción más larga, dispuesta en seis registros separados por líneas horizontales, escrita con signos jeroglíficos cursivos. El texto consiste en la fórmula estándar de los shabtis de esta época, y su propietario es identificado como Ahmose.

Dos de las figurillas fueron halladas parcialmente envueltas en una pequeña venda de lino. Además, se recogieron otros pequeños lienzos de lino, tres de ellos con restos de inscripción. En uno puede leerse claramente el nombre de Ahmose, y otro (20,5 x 10cm) tienen una etiqueta escrita en dos columnas: «lino-daiu para Ahmose-sa-pa-ir». El tercer lino tiene un texto más largo, escrito en hierático, pero desafortunadamente se lee con dificultad y su estudio requiere más tiempo.

RESTAURACIÓN

El reforzamiento del techo de la sala más interna del monumento de Djehuty, la capilla, era uno de los objetivos principales de la campaña 2012. El diseño ideado evita la colocación de pilares en medio de sala que pudieran obstaculizar la visión completa de la decoración de las paredes. Además, el diseño aprovecha la ventaja que, paradójicamente, ofrecen los agujeros que se abrieron en el techo de la sala. Compramos en el mercado local vigas de hierro y las cortamos a medida para poder ser instaladas y soldadas en el interior de la sala. Dos vigas atraviesan la sala de lado a lado, apoyadas en los extremos, y otras vigas más cortas las cruzan como si fueran costillas a ambos lados de una columna vertebral. Esta estructura servirá para sujetar una rejilla que colgará soldada de las vigas y que hará de falso techo, impidiendo que el desprendimiento accidental de algún bloque pueda ocasionar lesiones a algún visitante.

Al mismo tiempo, continuamos con la limpieza y consolidación de las paredes de la capilla y del pasillo central. Ahora, las inscripciones, los relieves y su policromía pueden apreciarse mucho mejor, y se han hecho visibles nuevos graffiti demóticos que fueron escritos sobre las paredes en el siglo II a. C. Además, se han recolocado en su sitio de la pared fragmentos que se desprendieron y que hallamos excavando en el exterior en campañas pasadas. Este es el caso también de la segunda inscripción biográfica de Djehuty tallada en el ala derecha de la sala transversal. Con ayuda de los epigrafistas, el equipo de restauración ha podido recolocar en su lugar exacto numerosos bloques con fragmentos de la inscripción.

La restauración del ataúd de madera policromada perteneciente a Iqer, de la dinastía XI (ca. 2000 a. C.), se dio por concluida a mitad de campaña. Envolvimos cuidadosamente el ataúd para protegerle de cualquier tipo de eventualidad, y preparamos para el transporte al Museo de Luxor también sus bastones de mando, arcos, flechas y cerámicas. Los siete pendientes de oro que hallamos en la tumba de Djehuty, junto con los adornos en forma de concha, elaborados en cornalina, turquesa y oro, fueron también dispuestos para ser transportados al Museo de Luxor. Por último, quedaron también listos once ramos de flores de la dinastía XXI que hallamos en el patio de Djehuty, junto con un ejemplar de la cerámica procedente del mismo depósito. El traslado de las piezas desde el almacén que tienen el SCA en la zona, junto a la casa que en su día ocupó Howard Carter, hasta el Museo de Luxor, y su posterior montaje y exhibición en las vitrinas, tuvo lugar entre los días 27, 28 y 29 de mayo de 2012, bajo la atenta y eficaz supervisión de la Directora del Museo de Luxor, Sanaa Ali, asistida por su equipo de conservadoras.

Sector 10

Tumba-capilla de Hery (TT 12)

Conexión entre la tumba-capilla de Hery y la de Baki

Tumba-capilla de Baki

Tumba-capilla de Ay

Restauración

Iqer en el Museo de Luxor

Vida cotidiana