El “Proyecto Djehuty” tiene como objetivo la excavación, restauración, publicación científica y divulgación de un conjunto de monumentos funerarios y enterramientos de individuos de clase media y alta, en la colina de Dra Abu el-Naga, en el extremo norte de la necrópolis de la antigua ciudad de Tebas, hoy Luxor, Egipto.
Destacan las capillas-tumbas de Djehuty y de Hery, altos funcionarios al servicio de la administración real en torno al año 1500 a. C. El siglo XV a. C., que corresponde con los comienzos de la dinastía XVIII, fue una época especialmente importante dentro de la dilatada historia del antiguo Egipto, pues es cuando Egipto comienza a conformar su imperio, es decir, a expandir fuera de sus fronteras naturales el área de influencia de su monarca y su administración, intensificando los intercambios comerciales y culturales con los territorios vecinos. En ese momento, la ciudad de Tebas pasa de ser una capital de provincia a convertirse en capital del reino y del imperio. Ello provoca una afluencia de riqueza y materias primas sin precedentes, lo que a su vez genera la sofisticación de las clases altas de la sociedad, el refinamiento de sus costumbres y gustos, y el florecimiento de las artes en todas sus expresiones: arquitectura, escultura, pintura, además de un notable desarrollo de las letras en sus distintos géneros.
Si bien el principal asentamiento se extiende en la orilla oriental del Nilo, en torno a los templos de Karnak al norte y de Luxor al sur, separados uno de otro por unos tres kilómetros, la necrópolis se ubica en la orilla occidental. La colina de Dra Abu el-Naga se eleva justo en frente del templo de Amón-Ra en Karnak, el santuario más importante del momento en Tebas. Su ubicación debió dotar a la colina de un marcado simbolismo funerario, al percibir cómo el sol que se elevaba por la mañana entre los obeliscos y pilonos de Karnak, se ocultaba al atardecer tras la colina de Dra Abu el-Naga. Por esta y otras razones, Dra Abu el-Naga se convirtió en un lugar idóneo para que altos dignatarios con recursos construyeran en su ladera sus moradas para la eternidad.
El yacimiento arqueológico del “Proyecto Djehuty” se encuentra a los pies de la parte central de la colina de Dra Abu el-Naga. Los principales monumentos funerarios pertenecen a Djehuty y a Hery, pero éstos no son los únicos, pues entre ambos se abre una tercera capilla-tumba cuyo propietario original se desconoce, pero que debió vivir en la misma época, y al norte/este de Hery se abren dos más, una perteneció al “supervisor del ganado de Amón”, Baki, y la otra al “supervisor de los tejedores”, Ay. Así, lo que comenzó siendo un proyecto centrado en dos capillas-tumbas, la de Djehuty y la de Hery, ha terminado ocupándose de investigación y documentación de una parte significativa de la necrópolis, mostrando la disposición en “calles” de los monumentos funerarios de la clase más pudiente de la capital. Originalmente las capillas-tumbas eran independientes unas de otras, pocos años después se abrieron agujeros en la roca de las paredes que las separaban para conectarlas entre sí y acabar formando una especie de “catacumba”. En época ptolemaica-romana, a partir del siglo II a. C., se abrieron más galerías y se utilizaron para depositar momias de animales, sobre todo de ibis y halcones.
Por otro lado, en la excavación de los patios de entrada a estos monumentos, sacamos a la luz varios pozos funerarios que descienden en vertical entre cinco y siete metros, y enterramientos de personajes más humildes cuyos ataúdes fueron depositados simplemente sobre el suelo, sin apenas protección. Así, se ha podido documentar en buenas condiciones la reutilización del espacio sagrado desde el año 2000 a. C. hasta época romana y, por extensión, hasta la actualidad. Las capillas-tumbas constan de un patio de entrada, de un hipogeo o capilla/santuario que penetra horizontalmente en la roca de la colina y, en tercer lugar, de un pozo funerario que desciende verticalmente y al fondo del cual se abre una (o más) cámara(s) sepulcral(es). Las paredes interiores de los monumentos de Djehuty y de Hery están íntegramente decoradas con escenas en relieve e inscripciones que informan sobre la vida profesional de cada uno de ellos, su supuesto comportamiento intachable con los demás, sobre los integrantes de sus familias, sus creencias religiosas y sobre el desarrollo de los rituales funerarios de la época. Constituyen verdaderos libros abiertos sobre la historia social y cultural del antiguo Egipto, donde el lenguaje escrito y plástico adquiere una capacidad de expresión sobresaliente.
Djehuty fue un importante dignatario bajo el reinado de Hatshepsut, una de las pocas mujeres que ejerció de faraón, durante veintidós años. Sus principales funciones las llevó a cabo en calidad “escriba del rey”, ejerciendo como “supervisor de los trabajos (de los artesanos)” y “supervisor del Tesoro”. Él fue el responsable de cubrir con electro dos de los obeliscos que la reina Hatshepsut levantó en el templo de Karnak, y de tallar en madera de cedro del Líbano la barca sagrada de Amón. Además, se encargó de supervisar la recaudación de impuestos de los súbditos y vasallos, y registró por escrito las materias primas y productos exóticos que llegaron a Tebas del lejano país del Punt (probablemente en la actual Eritrea y/o Yemen) en el año 9 del reinado de Hatshepsut-Tutmosis III. Su tumba está profusamente escrita, incluyendo tres inscripciones autobiográficas, un gran himno al dios Amón-Ra que surge cada mañana por encima del templo de Karnak, dos textos criptográficos de carácter religioso-funerario, varios pasos del ritual de la Apertura de la Boca, una descripción de algunos rituales llevados a cabo durante su funeral, escenas de banquete, de caza en los pantanos y caza en el desierto, y del viaje fluvial de peregrinación a Abidos que supuestamente realizó en vida acompañado de su madre.
Hery debió vivir unos cincuenta años antes, sirviendo bajo los primeros reyes de la dinastía XVIII, y tal vez muriendo bajo el reinado de Amenhotep I. El cargo o título principal que Hery ostentó en vida, además de “escriba del rey”, fue el de “supervisor del granero de la madre del rey y esposa real Ahhotep”. Su madre, llamada Ahmes, es denominada “adorno del rey”, lo que tal vez fuera una forma de indicar que estaba indirectamente emparentada o estrechamente relacionada con la familia real. La decoración de su tumba incluye, entre otras escenas, una descripción de los principales momentos de su procesión funeraria, acompañada por una visión del Más Allá que le esperaba al difunto; un banquete funerario presidido por él mismo y su madre, al que asisten sus hermanos y hermanas; grupos de personas portando ofrendas ante su altar; y una representación del propietario de la tumba cazando con arco y flechas en el desierto. El “Proyecto Djehuty” comenzó su andadura en el año 2001, y está dirigido desde el Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, Madrid, y tutelado por el Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto. Desde sus comienzos, recibió el apoyo de la embajada de la República Árabe de Egipto en Madrid, y también de la embajada española en El Cairo.
Las campañas arqueológicas anuales tienen lugar durante seis semanas en los meses de enero y febrero, y el resto del año se realizan trabajos de análisis, estudio de materiales hallados, informes, publicación de artículos científicos y de divulgación, conferencias, etc. El equipo que integra el proyecto es fundamentalmente multidisciplinar y puede variar según los objetivos de cada campaña. Además de egiptólogos y arqueólogos, participan antropólogos físicos, paleopatólogos, geólogos, paleobotánicos, zooarqueólogos, arquitectos, restauradores, fotógrafos, etc., asociados a distintas universidades y centros de investigación, tanto nacionales como extranjeros. En cada campaña participan unos quince investigadores y técnicos españoles, a los que se suman cuatro o cinco especialistas extranjeros y un centenar de trabajadores egipcios. El trabajo en equipo es un ingrediente muy importante del éxito del proyecto.
La conservación y restauración de los monumentos, así como de los objetos hallados, juega un papel fundamental dentro de los trabajos arqueológicos de cada campaña, llevada a cabo por un equipo de tres restauradores españoles y tres restauradores egipcios. Uno de los objetivos del proyecto es abrir al público los monumentos funerarios de Djehuty y de Hery, para lo cual, además de restaurar las paredes, se está reforzando el techo y colocando una iluminación adecuada para que pueda apreciarse bien la gran calidad de los relieves e inscripciones que decoran el interior. Por otro lado, gracias a la labor de los restauradores, el Proyecto Djehuty tiene ya seis conjuntos de piezas expuestas en las vitrinas permanentes del Museo de Luxor, algo realmente excepcional.
Una de las facetas que caracterizan al proyecto desde sus comienzos es el empleo de nuevas tecnologías, tanto en su faceta científica, como en la divulgación de los trabajos. Por un lado, el proyecto fue pionero en el desarrollo de técnicas de “epigrafía digital”, es decir, del dibujo de las inscripciones y escenas partiendo de fotografías en alta resolución y utilizando sobre ellas programas de dibujo vectorial. Por otro lado, el proyecto mantiene actualizada desde su primera campaña, desde enero 2002, una página web, www.proyectodjehuty.com, en la que se incluye, entre otras secciones, un “Diario de Excavación” on-line, a través del cual se relata y enseña en tiempo real los trabajos y descubrimientos que vamos realizando, actualizando el diario cada noche durante la campaña arqueológica.
Además de la divulgación a través de la página web, el proyecto ha sido objeto de tres programas de televisión, grabados por Televisión Española y emitidos en Informe Semanal, en 2003, 2008 y 2012. National Geographic se interesó por el proyecto y hemos mantenido una estrecha colaboración, que se ha materializado en la publicación de una monografía En Busca de Djehuty: Crónica de una excavación en Luxor (Barcelona, 2006), y cuatro extensos artículos en su revista mensual (octubre y diciembre 2004, febrero y mayo 2014). El 25 de septiembre de 2015 se estrenó en La 2 de Televisión Española el documental “En busca de Djehuty: entre momias, tumbas y jeroglíficos”, de 55 minutos de duración, dirigido por Javier Trueba y José Latova, y con el patrocinio de la Fundación Española de Ciencia y Tecnología (FECYT) y a RTVE. El documental ha sido galardonado en noviembre 2015 con el Gran Premio del Jurado del XV Festival Internacional de Cine Arqueológico del Bidasoa, Irún. Desde sus inicios, el Proyecto Djehuty ha conseguido y mantenido un gran impacto en los medios de comunicación, prensa escrita, radio y televisión, para lo cual ha jugado y sigue jugando un papel fundamental el Departamento de Prensa del CSIC. El rigor científico, unido a la alta divulgación y al impacto en los medios de comunicación, pretende servir para impulsar el desarrollo de la Egiptología en España.
A pesar de la gran aceptación de la sociedad en general y de los estudiantes universitarios en particular, la Egiptología no tiene a penas cabida en los planes de estudio universitarios, y es por ello que el Proyecto Djehuty tiene como uno de sus fines el ayudar a que esta disciplina se abra un hueco en el mundo académico español, mediante la incorporación al equipo de profesores y estudiantes universitarios. La labor investigadora y de divulgación del proyecto fue reconocida por la Sociedad Geográfica Española mediante la concesión del Premio de Investigación 2006, y en 2012 Madridiario nos concedió el premio a la “iniciativa cultural”.
Un proyecto arqueológico que se desarrolla en el extranjero, fuera de Europa, en Egipto, tropieza con el ineludible obstáculo de la financiación. Desde la misma puesta en marcha del proyecto, en 2001, decidimos desviarnos del camino convencional de la financiación pública y buscar financiación entre las entidades y empresas privadas. Para ello, contábamos con la ventaja de que el proyecto poseía un indudable atractivo visual y gran potencial mediático, tanto por su entorno físico, la belleza y el carácter enigmático de los monumentos y de los potenciales hallazgos, así como por la relevancia científica de las investigaciones a desarrollar. No debíamos desaprovechar esta oportunidad, y nos lanzamos a abrir brecha también en este aspecto de la investigación. Los cinco primeros años el patrocinador principal fue Telefónica Móviles S.A., y los siguientes cinco años estuvieron patrocinados en exclusiva por la Fundación Caja Madrid. Desde 2012 en adelante, para la realización de la campañas número 11 y las siguientes del Proyecto Djehuty y el posterior trabajo de gabinete correspondiente, el patrocinio ha corrido a cargo cargo de Unión Fenosa Gas (www.unionfenosagas.com), que define así su interés por asumir el patrocinio del proyecto: “La participación y apoyo de UFG al Proyecto Djehuty subraya su compromiso con el campo de la investigación en España y su interés en desarrollar proyectos culturales y científicos relacionados con la cultura del antiguo Egipto. UFG refuerza así sus estrechos vínculos con este país, en el que está presente desde el año 2000, donde cuenta con una planta de licuefacción de gas natural en la localidad de Damietta y emplea a más de 200 personas”. En las últimas campañas también ha colaborado en la financiación la Secretaría de Estado de Cultura, y a partir de 2015 también la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación. La combinación de financiación privada y financiación pública ha resultado tremendamente beneficiosa para la buena marcha del proyecto, agilizando los trabajos de investigación y aumentando la capacidad de transmisión del conocimiento adquirido. José Manuel Galán Profesor de Investigación en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, Director del “Proyecto Djehuty”