Dos piezas de sarcófago de la dinastía XVIII

Jun | 2002

Antonio J. Morales

En el sector norte de la excavación (UE 2800) se encontró una pareja de fragmentos de sarcófago que constituye dos de las piezas más interesantes de esta primera campaña, no sólo por su belleza y calidad artística, sino también por los datos que de ellos hemos obtenido con respecto a su cronología, estilo y significación religiosa en Dra Abu el-Naga. A continuación se mencionan las principales características de estas piezas, la información que se ha obtenido y las conclusiones (cronología y propietario) a las que se ha llegado.

Por un lado, en la jornada de trabajo del 6 de Febrero, se recuperaban los restos de los pies de la tapa de un sarcófago de madera. La base de este fragmento está compuesta por tres tablillas de madera, mientras que la parte superior curva tiene cinco. Todas ellas se ensamblan con pequeñas pestañas y perforaciones que encajan entre sí; el mismo sistema se usó para encajar la pieza completa al resto del sarcófago. El color de la pieza es negro, con decoración e inscripción jeroglífica en amarillo-ocre. El fragmento de inscripción que se conserva pertenece a la parte final de la columna de texto inscrita en el frontal del sarcófago.

Por otro lado, unos días más tarde, el 23 de Febrero, en el mismo sector, se descubría el rostro en madera (muy probablemente) de ese mismo sarcófago. Esta pieza es un magnífico ejemplo de la calidad artística con la que los artesanos trabajaban en el Reino Nuevo los sarcófagos de madera de los altos funcionarios, nobles o familiares reales. El tipo de madera elegida para tallar el rostro es más compacta que la empleada para el resto del cuerpo. Tanto el rostro como las manos son las partes que sobresalen del cuerpo del sarcófago, y sus piezas son talladas con más esmero por los artesanos. Las formas redondeadas de la cara, las mejillas y la barbilla amplias que siguen la curva del rostro, los labios alzados y perfilados, y los ojos amplios y alargados mediante la representación de la línea de maquillaje de kohl típica en las representaciones egipcias, son un claro indicio del estilo de la época de Hatshepsut y Tutmosis III a la que pertenece la pieza. El rostro del sarcófago ofrece, sin duda alguna, detalles estilísticos similares a las representaciones de la época, como la estatua de Hatshepsut del Museo Metropolitano de Nueva York, o la de su oficial Senenmut sosteniendo a la princesa Neferure del Museo de Chicago.

Todos los detalles de ambas piezas, tanto los rasgos generales – el color negro de los pies del sarcófago y del rostro, la inscripción en amarillo-ocre sobre los pies – como los rasgos estilísticos-escultóricos de la cara, nos conducen a fechar el sarcófago bajo los reinados de Hatshepsut o Tutmosis III (ca. 1490-1436 a.C.). Es precisamente bajo estos reinados cuando los sarcófagos en fondo negro con inscripciones en amarillo-ocre parecen ser los más usados por las altas clases.

Véanse ejemplos de sarcófagos similares, como los de Hatnefer, JE 66197 (P. Dorman, The Monuments of Senenmut (London, 1988), p. 34), Maiherpri, CG 24003 (A. Dodson, “On the burial of Maihirpri and certain coffins of the Eighteenth Dynasty”, en C.J. Eyre (ed.), Seventh International Congress of Egyptologists (Oxford, 1995), p. 333, fig. 1) o Amenemope, Hildesheim 6330 (A. Eggebrecht, Pelizaeus-Museum Hildesheim: Die ägyptische Sammlung (Mainz, 1993), pp. 52-3) (sirvan de ejemplo las dos fotos adjuntas). Con el reinado de Tutmosis IV empiezan a aparecer sarcófagos que siguen nuevas pautas de decoración, principalmente en colores amarillos con inscripciones en tintas oscuras, y este patrón se mantendrá hasta finales de la dinastía XIX

En cuanto a la inscripción, su estudio ha permitido conocer con certeza el nombre del propietario, aunque desgraciadamente no dispongamos –por el momento- del resto de la inscripción que nos informaría sobre el cargo y responsabilidades que desempeñó en vida.

Respecto a los signos, la posición lógica del signo per en la composición del nombre se ha alterado, adelantándose a los dos signos anteriores por motivos estilísticos y de espacio, siendo más fácil para el escriba la agrupación de los dos signos verticales ankh y khered, una vez escrito el horizontal primero. Para otros ejemplos de nombres similares, véase H. Ranke, Die ägyptischen Personennamen (Glückstadt, 1935), Vol. I, 66, n. 8; Vol. III, 277, n. 17).

Traducción:

“[…] para el Osiris Ankh-khered-per, justo de voz”

“[…] para el Osiris Ankh-khered-per, justo de voz”

“[…] para el Osiris Ankh-khered-per, justo de voz”

Comentario

Dos piezas de sarcófago de la dinastía XVIII

Un amplio nivel estratigráfico en la excavación ha mostrado una acumulación de desecho o de objetos esparcidos por el exterior de la tumba, pertenecientes en su mayoría a distintas épocas posteriores a la muerte y enterramiento de Djehuty.

Entre estos objetos, se han encontrado los dos fragmentos de un sarcófago, modelo de la época de Hatshepsut y Tutmosis III, cuyos restos permiten suponer la posible existencia de una tumba dedicada al difunto nombrado en el sarcófago (Ankh-khered-per), en los alrededores de la tumba de Djehuty en Dra Abu el-Naga, o la reutilización de la tumba de Djehuty para acoger nuevos enterramientos de la dinastía XVIII, quizás de algunos de los miembros de su familia.

Dos piezas de sarcófago de la dinastía XVIII

Dos piezas de sarcófago de la dinastía XVIII

El estilo y calidad de estas piezas de sarcófago muestra, además, cómo los artesanos que elaboraban y decoraban los objetos para la reina Hatshepsut y su corte también trabajaban para la clase alta de Tebas, influidos por los modelos estilísticos reales, crearon estos modelos de sarcófagos que terminarían enterrados en las principales necrópolis de la orilla oeste de Tebas.