15 Enero 2020

Hoy hemos seguido ya el horario normal, de desayuno a las seis y media, y a las siete en el yacimiento. A la entrada nos reunimos con el grupo de trabajadores que nos lleva acompañando ya muchos años, Taalat, Yuma Saabut, Ibrahim, Hussein, Karam, Zaglab… Durante esta campaña tendremos al mismo Inspector de antigüedades que hace dos años, a Ahmed Tayib, con el que hemos seguido manteniendo contacto desde entonces, así que no podríamos estar en mejores manos. Después de una sucesión de efusivos abrazos, echamos un buen vistazo al yacimiento, para comprobar que todo estaba como lo dejamos hace casi un año, a excepción de un pobre perro muerto en el patio del jardín que todavía despedía un fuerte olor. Abrimos las tumbas de Djehuty y Hery, y en poco tiempo ya teníamos la luz conectada. Luego tocaba sacar las cosas que almacenamos en las otras tumbas que no conservan decoración, como las borriquetas de madera para las mesas, las banquetas, las telas y tubos de metal para las jaimas…

Los tablones de madera de las mesas las habíamos utilizado para cubrir y proteger el jardín al final de la campaña pasada, así que acabamos destapando el jardín. Se me olvidó mencionar antes la gran novedad en el yacimiento, que son los dos cubos blancos que guardan las cuatro secciones en que dividimos la réplica del jardín que realizamos el año pasado con Factum Arte y que, después de estar retenida en la aduana de El Cairo más de tres meses, llegaron al yacimiento cuando ya nos habíamos vuelto a España. Este año montaremos la réplica a partir del uno de febrero, cuando Nacho haya reforzado la estructura de metal que la soportará por encima del original.

Mientras los trabajadores egipcios montaban las jaimas y destapaban el jardín, nosotros sacamos de la tumba que excavó Carlos las decenas de capazos que almacenamos con materiales hallados en la campaña pasada y que todavía quedaban por procesar e inventariar. Entre todos le hemos dado un buen empujón, pero todavía tendremos que seguir todo el día de mañana si queremos ponernos al día. Después de comer, tuvimos una reunión en la sala de trabajo que tenemos en el hotel (que llamamos “El Chiringuito”) para revisar el funcionamiento de la nueva base de datos que hemos elaborado con Emilio Abada del Centro de Supercomputación de Galicia (CESGA), con el objetivo de desarrollar luego un Sistema de Información Geográfica (SIG). Así, hemos dado, por fin, el gran salto de FileMaker 10 a QGIS, lo que ha supuesto mucho trabajo de planificación y desarrollo durante el año, y esperemos que pronto podamos comprobar las grandes ventajas que conlleva.

Aprovechando las circunstancias, me voy a permitir un breve excursos sobre un problema del sistema de investigación científica española en Humanidades. El Plan Nacional de Investigación no contempla financiar el desarrollo de bases de datos y, además, las cuantías que asigna a los proyectos de Humanidades son generalmente tan pequeñas que no permiten contratar a ningún informático, ni servicio de informática que preste este servicio. Por otro lado, el Consejo Europeo de Investigación (ERC), que sí otorga importantes cantidades (a un 8% de los proyectos que concurren a las convocatorias), tampoco quiere financiar este tipo de tareas, porque asume que son y deben ser los planes de investigación de cada país los que deben apoyar estas tareas informáticas tan elementales para cualquier investigación. El caso es, por unos y por otros, resulta enormemente difícil en España mantenerte al día tecnológicamente como requeriría una investigación que pretenda ser puntera en el siglo XXI. En estas circunstancias uno se ve obligado, si no quiere claudicar, a buscarse vericuetos y fórmulas imaginativas, y buscar el apoyo de colegas y amigos que te saquen del apuro, como en nuestro caso ha hecho CESGA, nuestro salvador tecnológico.