9 Junio 2021

Hoy hemos alcanzado los 45 grados, aunque el calor no se ha hecho notar hasta casi las 11 de la mañana, cuando nuestros trabajadores terminan su jornada. Seguimos trabajando a buen ritmo, pero la excavación está un poco sosita. Ya suponíamos que la cosa iba a ser así, sobre todo al principio, pues los niveles que tocaba excavar en esta campaña eran superficiales y, por tanto, las posibilidades de hallazgo son más reducidas. Como la excavación está siendo más relajada que de costumbre, aprovechamos para hacer otras tareas a la vez. Marisol, Ana y María, han estado buscando materiales en los almacenes y preparando la llegada de las cajas de metal que está fabricando Nacho con el herrero. José Miguel se toma descansos para irse dentro de la tumba de Djehuty y colacionar, cotejar o revisar los dibujos hechos por Dani del ritual de la Apertura de la Boca, representado en la parte central de la pared derecha del pasillo. Aquí, los relieves e inscripciones han sufrido un gran desgaste debido a la corriente de agua y de aire, por lo que el dibujo es muy difícil, y cuatro ojos ven más que dos.

En la segunda parte de la mañana, varios de nosotros nos hemos acercado al almacén que tiene el Servicio de Antigüedades junto a la casa de Howard Carter. El propósito era comprobar el estado de nuestros objetos allí guardados. Descubrimos que muchos de ellos habían sido llevados al Museo de Luxor; incluso dos de las estelas de la dinastía XIII halladas cerca del jardín han sido transferidas al Museo de Sharm el-Sheikh, en el mar Rojo. Toda una sorpresa. Hemos quedado con dos inspectoras del almacén, Rihab y Esrá, en volver el domingo para hacer un listado de los objetos que quedan en nuestros arcones y volverlos a embalar bien.

La buena noticia del día es que el trabajador que tuvo un accidente de moto el otro día, Hamdi, ha sido dado de alta del hospital de Armant y ha regresado a su casa. Por la tarde, varios del equipo nos hemos acercado a visitar a uno de nuestros trabajadores más veteranos y queridos, Yuma, que este año no está con nosotros, ni tampoco su hijo Hisham, quien en un par de días se irá a buscar mejor suerte al mar Rojo, a Hurgada, donde se espera que el turismo empiece a recuperarse ya pronto. Hemos pasado un rato muy agradable con ellos, en su casa con unas vistas maravillosas a la montaña.