Hoy ha sido un buen día y, además, no ha hecho demasiado calor. La excavación, como suele ocurrir siempre, se va animando a medida que nos acercamos al final. En el Sector 10 Norte, en la zona que supervisa José Miguel, ha quedado a la vista un gran depósito de cerámica integrado por vasijas de la dinastía XVII y comienzos de la XVIII. Lo más interesante es que el depósito se ve 20 centímetros por debajo del suelo de las estructuras de adobe, lo que nos permite confirmar que las estructuras de adobe, todavía difíciles de entender, pueden fecharse en época ramésida. En el mismo nivel que las cerámicas y, por tanto, de la misma época, salió a la luz una pequeña cajita de madera policromada, que resultó ser el modelo o maqueta de un ataúd, de 24 centímetros de largo, con una inscripción a lo largo de la tapa. En su interior había una pequeña figurilla de madera (shabti) imitando una momia, pintada de blanco con los rasgos trazados con un pincel muy fino y tinta negra. Por desgracia, los xilófagos han dado buena cuenta del conjunto y se conserva en un estado muy precario.
En el Sector 10 Sur, David se ha pasado casi toda la mañana con Saabut dentro de los pozos. El tabique de separación entre los dos pozos, que se había derribado en la parte de arriba, ahora se conserva y ya se diferencian los dos pozos. De uno de ellos ya se ve la entrada a la cámara sepulcral, que se encuentra bloqueada por dos grandes bloques de piedra. El terreno está bastante húmedo y hoy David ha recogido restos humanos desmembrados de varios individuos.
Hoy ha sido el último día de Nacho en la excavación, pues esta noche comienza su aventura sudanesa, uniéndose a un grupo de la universidad de Michigan que excava y prepara para hacer visitable a los turistas el yacimiento de el-Kurru, con espectaculares sus pirámides meroíticas. Ya ha dejado totalmente instalada la estructura de hierro en el techo de la sala transversal de la tumba de Djehuty y hoy ha instalado con Joan las luces led que iluminan el ala de la derecha.