9 febrero 2010

Ayer por fin conseguimos frenar la caída de escombro dentro de la cámara interna de Hery. Caían desde una tumba ubicada más arriba en la falda de la colina, en el “segundo piso”, a través de un agujero que se abría en el techo. El agujero coincidía con el pilar en medio de la sala de Hery, había roto dos terceras partes de éste, y la gran chorrera de tierra y piedras no dejaba ver las dimensiones del agujero. Detuvimos los escombros levantando una pequeña “mastaba” de piedras y mortero apoyada en la parte superior del pilar que estaba rota. Así, hoy Kamal y Salem han excavado alrededor del pilar, dejando a la vista su perímetro. La sala ha quedado lista para ser excavada la campaña que viene. No vamos a hacerlo este año porque pensamos que puede abrirse en el suelo de la sala un pozo funerario y, además, puede haber un pasillo hacia otra sala, por lo que es mejor excavar la sala sin prisas y con tiempo suficiente para poder acometer las sorpresas que puedan surgir.

Mañana comenzaremos a excavar dentro de la tumba de Baki, ubicada al norte de la de Hery y un poco más arriba en la colina. Desde Baki caen escombros dentro de la sala más interna de Hery, por lo que su excavación entra dentro del objetivo de dejar todo listo para excavar dentro de Hery la campaña que viene. Esa es nuestra cruda realidad arqueológica: la colina es un queso gruyere y las tumbas se comunican entre sí tanto en un plano horizontal como en vertical, y los escombros pasan de una sala a otra a través de agujeros abiertos por quienes reutilizaron las tumbas años después, o por ladrones de distintas épocas.

La excavación en lo alto del yacimiento avanza a buen ritmo, y ahora más que antes gracias al regreso del rais Alí. Carlos se organiza muy bien, hoy con la ayuda de Gemma y mañana subirá a echarle una mano Chemi. El objetivo de la excavación de arriba, habiendo ya localizado y solucionado el problema de la caída de escombros a Hery, es dejar el terreno en condiciones estables y seguras y evitar posibles desprendimientos del derrubio que cubre la roca de la colina.

En el interior de la tumba de Djehuty, Joan y el Mudir han seguido topografiando la capilla pintada, tanto los registros de la superficie escrita, como las grietas visibles en el estuco. En la sala transversal del monumento funerario, Pía y Andrés continúan colocando bloques en la inscripción autobiográfica.