Hoy ha sido un día muy especial, sobre todo para mí. La Presidenta del CSIC, Eloisa del Pino, acompañada de su Jefa de Gabinete, Isabel Martínez, ha venido a vernos para asistir a la ceremonial oficial de apertura de las tumbas al público. Es la primera vez que viene hasta Luxor un presidente del CSIC. Ha sido una visita intensa y, sobre todo muy emocionante y emotiva. Como el día de la inauguración, es decir, mañana, probablemente no haya ocasión de ver la excavación en acción, los arqueólogos en los pozos, la reconstrucción y estudio de la cerámica, de las momias humanas, de los trabajos de restauración, etc., hoy ha sido un día clave para mostrar cómo es nuestro trabajo. Además, algunas piezas muy singulares, como las sandalias de cuero de la dinastía 17, o los sudarios de Osiris de época romana, no han viajado a la exposición y todavía los guardamos en el yacimiento.
A pesar de la página web, que creo que es muy completa, a pesar de los documentales de televisión, de las conferencias… es difícil describir y explicar todo lo que aquí se cuece, la dimensión y complejidad del yacimiento, la belleza de las tumbas y de algunas de las piezas que encontramos. Por eso, todos los que se acercan hasta aquí se sorprenden y quedan atrapados por el lugar, por los monumentos y por nuestro trabajo.
Aunque nuestro trabajo nos llena plenamente y somos felices haciendo lo que hacemos, uno siempre espera algo de reconocimiento, una pequeña manifestación de aprecio. Por eso, la visita de la Presidenta del CSIC ha sido especialmente emotiva y muy apreciada. A la delegación del CSIC se sumó el embajador de España en El Cairo, Alvaro Iranzo, y el agregado cultural, Cándido Creis. Gracias a todos ellos, nos hemos sentido muy arropados y queridos, por lo que les estamos infinitamente agradecidos.