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David y sus tres mosqueteros, Ibrahim, Saabut y Gamal, posan detrás del derrumbe de adobes de Tutuya.
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Acumulación de piedras en la zona que excava Kristian.
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Jarrita hallada entre los adobes caídos.
Mientras José Miguel y el mudir se pasan gran parte del día al fondo de los pozos, David y Kristian supervisan áreas extensas que abarcan varias cuadrículas. En el área de David, por debajo del suelo utilizado en época Ptolemaica con otros fines que funerarios, han ido saliendo a la luz un montón de adobes con la impronta del “supervisor del ganado de Amón, Tutuya”. Por los shabtis que hemos hallado de este mimo personaje, sabemos que debió vivir durante la dinastía XIX, tal vez bajo el reinado de Ramsés II. Los adobes que nos encontramos caídos sobre el patio de entrada a la tumba tallada en la roca en su día rematarían los muros laterales de piedra. La entrada a la tumba tiene a ambos lados unos muretes de adobe que todavía permanecían en pie, probablemente levantados por los saqueadores o por quienes reutilizaran más tarde el interior del monumento, para contener el escombro y poder acceder al interior más fácilmente. Sobre la entrada hay una oquedad en la roca que tal vez sirviera para albergar una estatua del difunto adorando a la divinidad solar. A medida que vamos documentando las estructuras es necesario irlas desmontando para poder proseguir con la excavación del patio.
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Documentando un hallazgo en el área de Kristian.
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Shabtis a docenas en el pozo del mudir.
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Pía ayuda a José Miguel con el manejo de los restos de momia para que sufran lo menos posible en el traslado.
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José Miguel y Pía recogen con cuidado los restos desmembrados de una momia a la entrada de la cámara.
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Se trata de una jarra de doble asa de finales de la dinastía XVIII que todavía conserva la cuerda atada al cuello.
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Pía interviene para hacer el trabajo delicado de conservación.
Kristian, siendo su primera campaña con el Proyecto Djehuty, es el que tiene su cargo más trabajadores y una zona de excavación más amplia. Durante estos días la mayoría de sus trabajadores se han dedicado a retirar un estrato moderno de polvo y paja, pero ahora ya ha alcanzado un estrato pedregoso, formado principalmente por lascas de caliza de todos los tamaños. Poco a poco se han ido definiendo grandes acumulaciones de piedras, probablemente consecuencia del saqueo de los pozos vecinos. Después de documentarlos bien, topografiarlos y fotografiarlos, los hombres de Kristian han comenzado a retirar los bloques de piedra. Debajo de una de las piedras de mediano tamaño ha aparecido una jarra con dos asas y cuello alargado de finales de la dinastía XVIII. Lo peculiar del hallazgo es que conservaba en buen estado una cuerda atada al cuello.