7 febrero 2013

Hoy, jueves, ha sido día de paga. A pesar de lo bien que lo tiene organizado todo el rais Alí y su ayudante Nadi, el pago se prolonga dos horas, de 1 a 3. Después de pasarte toda la jornada metido en el pozo, salir y ponerte a pagar a los más de cien trabajadores que tenemos contratados es ya la puntilla… Pero el jueves es también el comienzo de nuestra jornada de descanso, que a estas alturas de campaña se agradece. Esta noche fuimos a cenar a uno de nuestros sitios clásicos en Luxor, el Chez Omar. Es un restaurante de comida egipcia en medio de la ciudad, justo al final del zoco. En una pequeña placita tiene una terraza muy agradable, como un mini oasis entre el ir y venir de la gente y de las motos. La comida está muy buena y el dueño es muy majo. Habíamos dejado de ir los últimos años porque les habían la terraza, no daban cerveza y la comida había bajado un poco. Pero ayer, contra todo pronóstico por lo últimos avatares políticos y la situación social del país, la terraza está ahora estupenda, la comida también y hasta sirven cerveza.

Volviendo al yacimiento, la excavación sigue su curso normal y ya estamos encarando la recta final, es decir, ya hay que ir planeando qué frentes podemos asumir abrir porque nos dará tiempo a terminar y cuáles debemos renunciar a abrir por falta de tiempo para dejarlos terminados. Uno de estos casos es el pozo funerario frente a la capilla de adobe en la zona sur del Sector 10 que supervisa Angie. Junto al brocal hallamos shabtis de madera y jarritas de cerámica completas de la dinastía XVII, por lo que todo parece indicar que es un pozo muy prometedor, pero hemos decidido dejarlo para la campaña que viene para no correr el riesgo de dejarlo a medias. Además, ya estamos excavando dos pozos, uno arriba en el sector de Carlos, y otro el que comenzó a excavar José Miguel y sigue el mudir.

Uno de los objetivos más importantes de esta campaña era el reforzamiento del techo de la capilla de Djehuty con una estructura de metal. Hoy puede decirse que la operación ha concluido con éxito. Ahora sólo queda colocar las luces que iluminarán los relieves de las paredes. El hecho de no tener techo nos permite colocar la iluminación arriba los relieves, lo que no sólo les da a las figuras en relieve una luz preciosa, sino que, además, evita el poner en el suelo lámparas que afean el suelo y estorban la visita. Al final, el montaje va a ser el más original e innovador de las tumbas del West Bank, y la capilla de Djehuty va a verse como en un mueso.