Hoy ha sido un día muy especial. Ha salido el día en el que Hery ha visto la luz. La puerta de entrada a su tumba llevaba cerrada al menos desde 1910, cuando el Servicio de Antigüedades tapió su entrada con un muro de piedras para evitar los robos de los relieves de las paredes. Desde el principio del proyecto, accedemos a su tumba desde la de Djehuty, que tiene un agujero en una de las paredes de la sala transversal. Por éste se pasa a la sala transversal tumba intermedia (la –399–) y, por un agujero en el otro extremo de la sala, se accede al pasillo de la tumba de Hery. Planificando ya el trabajo de la próxima campaña, hemos decidido instalar puertas de hierro, como la de Djehuty, en la tumba de Hery y en la tumba intermedia. Así podremos el año que viene comenzar a excavar dentro de ellas con más comodidad y eficiencia. Al abrir la puerta de cada una de las tumbas y hacerlas independientes, se puede compatibilizar la excavación de su interior con los trabajos de la restauración integral de las paredes de la tumba de Djehuty
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El muro de piedra que cerraba la entrada a la tumba de Hery es desmontado con cuidado
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El primer rayo del sol ilumina el pasillo de Hery
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El rais Alí dirige la instalación de la puerta de hierro
Al tirar abajo el muro de piedra, entraron los primeros rayos de sol, iluminando el pasillo y los relieves, que hasta entonces sólo habíamos visto con luz artificial. La luz de la mañana da a las figuras que acompañan a Hery en su procesión funeraria y a los familiares que participan en el banquete en su honor un tono maravillosamente natural, suavizando las formas en relieve.
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Alí remata los laterales de la puerta con bloques de piedra tallados a medida
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Cortejo de hombres y mujeres en los funerales de Hery
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Dos hermanos de Hery participan en el banquete y huelen flores de loto
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José Miguel rodeado de los niños que vivían antes en las casas junto al yacimiento y que han sido realojados en New Gurna
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Gemma y Karima, la hermana de Mohamed, el niño del té
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El rincón femenino de la fiesta
La entrada a la tumba de Hery no tiene jambas, por lo que la anchura del vano de la puerta es la del pasillo, aproximadamente metro y medio. Debido a su anchura, decidimos diseñar una puerta de dos hojas, con el marco lo más fuera posible, para que quede lo más alejada de los relieves que decoran las paredes del pasillo. El herrero tomó las medidas y se puso de inmediato manos a la obra. Mientras tanto, el cantero que nos ha ayudado en pasadas campañas a construir los muros de piedra que contienen el derrubio de la colina, tallaba a medida bloques de piedra caliza para que el marco de hierro pudiera encajar bien en el vano de la puerta.