La excavación continúa en tres pozos a la vez. Mientras Beatriz está a punto de finalizar la excavación del suyo, los otros dos están a penas comenzando. La cámara funeraria de Beatriz está muy bien tallada, mejor que ningún otro pozo que hayamos excavado antes. Sin embargo, la pared del fondo tiene una apertura en la roca que comunica con otro pozo. Una vez más, los ladrones ha hecho de las suyas, pero esta vez no han dejado casi nada tras su paso, solo algunos tablones de un ataúd de la dinastía 12, fragmentos de otro de la dinastía 17 y poca cerámica.
Los pozos ubicados delante de la capilla de adobe también tienen claros síntomas de haber sido saqueados. Ana y Marisol han invertido más tiempo en excavar alrededor de la boca de su pozo, mientras que Laura y José Miguel ya han descendido algo más de un metro en el suyo. Nuestra experiencia nos dice que eso no debe desanimar, pues hasta el final no se puede saber cómo de eficientes fueron los ladrones en su tarea.
Miguel Ángel trabaja sin descanso en la restauración de la tumba de Baki. Aunque esta tumba no se va a abrir al público, la fachada sí se verá cuando los visitantes vayan caminando hacia la tumba de Hery, por lo que forma parte del paisaje de la necrópolis, que es uno de los valores añadidos de la visita a nuestro yacimiento. Por otro lado, José Miguel y yo estamos preparando la publicación de esta tumba y creo que será un plus el incluir su restauración y la reconstrucción de la fachada. Además, esta tumba era totalmente desconocida hasta que la descubrimos en 2005. Por entonces era una “caverna”, como la calificó Champollion cuando entré en ella en 1829 sin advertir que se trataba de una tumba de la dinastía 18. Ahora es una tumba con identidad propia, y da gusto verla.