Trabajo de campo
Hemos completado las cuadrículas de la parte exterior de la tumba de Djehuty, que forma un rectángulo de 20 x 14 metros. Los obreros han seguido limpiando y rebajando el terraplén que cae hacia la entrada.
Hoy hemos recogido una gran cantidad de tejido de lino, numerosas cuentas de collar de fayenza, una cabeza también de fayenza, fragmentos de «ushebti» y de conos funerarios.
El momento más intenso ha sido cuando se ha ido sacando a la luz, con la ayuda de una pequeña brocha, los pies de la tapa de un sarcófago de madera. Se ha recogido cuidadosamente lo que había de interés en su interior, semillas, trozos de madera carbonizados, restos de cerámica y huesos, con el fin de analizarlos en el futuro.
Una vez liberado de la tierra, lo transportamos al interior de la tumba de Djehuty. Con un pincel fuimos quitando poco a poco el polvo que cubría su exterior y, en pocos minutos, pudimos leer su inscripción pintada en un ocre amarillento: «el Osiris Ka-ankh, justificado de voz».
Ana sacó las fotos y, después, Alicia y Antonio estuvieron tratándolo con consolidantes (Paraloid con Xileno) y vendándolo con gasas. Cuando mañana esté ya seco, se rellenará su interior con plastazote y se guardará en un lugar seguro para que el año que viene los restauradores puedan completar la tarea.
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Bien temprano, a las siete y media, posamos todos juntos: los españoles y los tres egipcios, nuestro inspector Mahmoud y los hermanos Al’ y Alá Faruk. A la derecha, en la jaima, aparece el logo de la misión y al fondo la casa de Dra Abu el-Naga que está justo por encima de la tumba.
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Aquí teneis una vista hacia el este de la excavación, en concreto del patio exterior de la tumba de Djehuty. A pesar de que aún estamos en niveles superficiales, encontramos abundante material de interés.
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Mientras el resto del equipo trabaja en el exterior o con los materiales, Ana prosigue la tarea de elaborar la documentación fotográfica de la tumba.Es un trabajo delicado y que hay que hacer con mucha precisión. En la imagen toma medidas con el fotómetro. A la izquierda se ve la ventana de iluminación.
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Quizás la pieza del día sea el extremo inferior de la tapa de un sarcófago de madera que apareció hacia las ocho y media en el sector norte. Posteriormente, cuando Alicia y Antonio lo limpian y le aplican el tratamiento adecuado, nos encontramos con la grata sorpresa de que presenta una inscripción con el nombre del difunto.
Trabajo de gabinete
Mohamed el-Bialy ha estado con nosotros durante casi una hora. Hemos estado discutiendo sobre cómo levantar un pequeño muro de piedra por encima de la tumba de Djehuty para evitar que durante el resto del año caiga basura desde lo alto de la colina hasta el yacimiento.
Contrataremos a más obreros para que despejen la zona de tierra y cascotes, y a un cantero que vaya tallando las piedras que servirán de base para el muro.
La cantidad de materiales que hemos sacado de la limpieza del exterior es tal, que tenemos que habilitar un lugar amplio dentro de la tumba para almacenar las cajas. Hemos decidido utilizar como almacén provisional el ala Sur de la sala transversal de la tumba de Djehuty, pues es la que conserva menos relieves.
Antes tendremos que tapar con un grueso tablón el foso de cinco metros de profundidad que se abre en el suelo. Ana ha continuado sacando fotos en el vestíbulo de la tumba de Djehuty. Para ello, ha utilizado una ventana de iluminación y sobre una de nuestras mesas ha desplegado su completo equipo fotográfico.
Cuando Mohamed el-Bialy la vio en acción, le salió del alma: «ÁVery professional!». Su trabajo, por desgracia, tuvo que interrumpirse poco después por un corte de luz en toda la zona. Mañana será otro día.
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Ante la estatua de Djehuty, en la sala más externa de la tumba, que nos sirve de espacio de trabajo y de almacén, se ven algunos de los elementos que utilizamos cotidianamente para nuestro trabajo: escaleras, cribas, capazos, cestas.
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Alicia, Ana y Antonio le dan los últimos toques al trozo de sarcófago queha aparecido esta mañana, para dejarlo convenientemente almacenado a la espera de que podamos estudiarlo con tranquilidad.
Vida cotidiana
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La gente del pueblo de Dra Abu el-Naga comienza ya a acostumbrarse a la cotidiana presencia del equipo español. Para los niños del pueblo es a vecesuna fiesta venir a rondar por la excavación, y a menudo les damos caramelos o golosinas. Ahí teneis a Ahmed, Mahmoud y Mohamed.
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Hoy se ha pasado por la excavación el-Bialy, que participa tambien en el Proyecto Djehuty. José Manuel y José Miguel le enseñan el sarcófago, que aún se encuentra in situ, por el que muestra gran interés.
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Hacia la una y media o las dos terminamos el trabajo en la tumba. Estamos llenos de polvo, acalorados y cansados, pero muy satisfechosde lo realizado esta mañana. Ahora, al hotel Marsam, a ducharnos y a disfrutar del merecido almuerzo.