5 febrero 2022

Lucía y Alba llevan ya varios días dándole vueltas a los fragmentos de relieve hallados en la excavación de las últimas campañas. Le prestan especial atención a aquellos que pudieran pertenecer a la tumba de Djehuty. Muchos de ellos tenemos la certeza que son de la tumba, del pasillo o de la sala transversal, pero no podemos ubicarlos con precisión en su lugar de origen. Sin embargo, hoy han visto recompensado tanto esfuerzo al colocar en su sitio un fragmento en la pared izquierda del pasillo. Estaban encantadísimas. Se trata de una escena complicadilla de ver, pues la componen al menos dos parejas de hombres, cada una de ellas llevando un cofre bajito y alargado que contenía distintos cetros, emblemas o pequeñas capillas, los cuales se representan en pie sobre los cofres. El futuro visitante de la tumba tal vez no aprecie esta aportación, pero para los egiptólogos y, sobre todo, para nosotros, estos detalles son muy importantes, y nuestro trabajo se basa en los detalles.

Dentro de la tumba de Djehuty, el equipo de restauradores, Suni, Asmáa, Ahmed y ahora también Fátima, siguen atareados rellenando con mortero los agujeros en la roca del suelo y de los brocales de los pozos. Comparten el espacio con Carmen y Dani, que se esfuerzan por terminar a tiempo la epigrafía de las paredes de la sala transversal de la tumba de Djehuty. La restauración y el dibujo epigráfico son una parte muy importante del proyecto, tanto como la propia excavación. Su trabajo lo apreciarán los visitantes de las tumbas y los dibujos de las escenas e inscripciones son una herramienta esencial para los egiptólogos.