5 febrero 2013

Dentro de la tumba-capilla de Djehuty el jaleo ahora es monumental. El ala izquierda de sala transversal la tiene ocupada Lucía con bandejas llenas de fragmentos de estuco con restos de escritura procedentes de la cámara sepulcral. A la derecha está Nieves restaurando una escena de banquete funerario en el que aparece Djehuty acompañado de sus padres y, en el registro inferior, sus “hermanas”, cuyos nombres han sido borrados intencionadamente a golpe de cincel y martillo, como parte de la “damnatio memoraie” que sufrió toda la familia de Djehuty. En el pasillo, los tres restauradores egipcios, Ahmed, Khaled y Mohamed se pasan el día de cara a la pared, recolocando y pegando fragmentos caídos que hemos recuperado en campañas pasadas, limpiando la costra de barro incrustada en la superficie de la pared, consolidando el color que todavía se conserva, sacando a la luz y consolidando los grafiti demóticos que se escribieron a mediados del siglo II a. C. Y al fondo del todo, en la capilla, Nacho y Joan la tienen montada y gorda con el soldador Abdallah, terminando de instalar el techo de metal… que está quedando impresionante.

Continuando con los restauradores, no nos podemos olvidar de Miguel Ángel que día tras día lleva “encerrado” en la capilla ramésida, primero fijando el mortero de base a la roca, y luego limpiando y consolidando la pintura. Ya está a punto de terminar y el resultado es fenomenal. Las figuras y colores se ven ahora muchísimo mejor, por lo que Pito dentro de unos días tendrá que repetir las fotos. Y por las manos de Pía pasan todos los objetos que hallamos en la excavación, linos, maderas y morteros con restos de pintura, estatuillas, cerámica y un largo etcétera. En la jaima pequeña se limpian, consolidan y se envuelven y guardan bien para conservarlos en buen estado. Los objetos lucen mucho más gracias a sus cuidados y, así, las fotos de Pito pueden sacar el máximo de ellos y luego en las publicaciones enganchar al lector.

El Proyecto Djehuty puede presumir de tener, además de un equipo de restauradores españoles y egipcios de primera, tres arquitectos “full time” dispuestos a intervenir en los asuntos más dispares e insospechados. Y es que el éxito reside en el equipo, en apoyarse unos a otros y en otros. Ninguno sería capaz de hacer bien su trabajo si no fuera porque recibe, de una u otra forma, antes o después, la asistencia de uno o más compañeros. Así, se puede decir que todo el trabajo es de todos.