5 febrero 2009

En la cámara funeraria de Djehuty ya nos podemos poner de pie. La sala es de grandes dimensiones y medía un metro y medio de altura, pero como en el centro de la cámara el techo está roto, formando una pequeña bóveda, todavía se gana un poco más de altura. Kamal y Salem están trabajando muy duro, pues el polvo que se forma llega a ser agobiante. Además, se condensa bastante humedad y se suda bastante. Dentro había bastantes piedras de buen tamaño y el sacarlas hasta arriba con la polea requiere un gran esfuerzo.

Arriba, en la capilla de Djehuty, es decir, en la sala más interna de su monumento funerario, Nieves y Leandro continúan rellenando grietas y limpiando las paredes de concreciones de barro. Nieves va apuntando sobre una fotografía de la pared todo lo que se le va haciendo, en qué situación se encontraba y la “cura” que se ha aplicado a cada situación. La restauración también tiene lugar en el almacén, donde Pía hoy ha estado dando los últimos retoques a la Dama Blanca, tiñendo de un color suave el estuco aplicado sobre las grietas de la madera del ataúd. Su robustez y su apariencia han mejorado sustancialmente.

En el exterior del yacimiento prosigue la limpieza de la zona donde antes se levantaban casas modernas. Arriba, Carlos supervisa la búsqueda del agujero por donde se cuelan los escombros dentro de la sala más interna de la tumba de Hery. Dentro de las jaimas hoy se han alcanzado los 40º. La pobre Roxie al final de la jornada estaba sofocada. Aún así, por tercer día consecutivo, ha renunciado a volver en coche y a las tres de la tarde se ha marchado andando al hotel. Detrás la han seguido Pía y Nieves. ¡Las mujeres Djehuty son imparables!