La temperatura ha ascendido hoy hasta 34 grados, por lo que al final de la jornada estábamos todos bastante agotados, y es que el calor acaba haciendo más mella que el propio trabajo. Los que acarrean espuertas de un lado a otro del yacimiento han sufrido lo suyo, y para animarles, el rais Alí ha comenzado a azuzar a Broston para que cantara canciones divertidas, marcando el ritmo a base de golpes de piedra en su azadón metálico, y levantara así el espíritu de los chicos. No sé que tiene su “¡chiu, chiu!” (como si fueran disparos al aire) que es capaz de hacer sonreir a todos.
En el Sector 10 todo va según lo previsto, tanto en la zona que supervisa Angie, como en la que ahora lleva el mudir. La excavación del pozo también va muy bien. Todos los capazos van a una criba que montamos algo retirada de las tumbas. Al final de la maána hemos alcanzado el final del pozo, que ha terminado midiendo algo más de seis metros y medios de profundidad. El trabajo en el pozo es muy duro y se hace necesario llevar mascarilla por el polvo que se levanta y queda en suspensión. Ibrahim y Ahmed tienen mucho mérito.
Junto a la esquina noroeste del sector 10, entre unos adobes caídos junto a las estructuras de adobe, aparecieron trece tiritas de lino, cada una de ellas con una línea de inscripción en hierático. Ahora le toca a Pía limpiarlas y alisarlas para facilitar su lectura. Por otro lado, Hassan está preparando el corte del límite norte del sector para reforzarlo con adobes, y alisando el terreno han aparecido dos copitas y dos platos pequeños, junto con más fragmentos de cerámica.