4 febrero 2007

La primera noticia del día ha estado en la capilla de Djehuty. Lo que ayer pensábamos que se trataba de un banco corrido en las paredes de la mitad este de la sala, ha resultado ser hoy nada más y nada menos que un pozo funerario. ¡El pozo funerario de Djehuty! !Menuda sorpresa! ¡Menudo notición!

Pensábamos que el pozo de Djehuty sería el que se abre en la sala transversal de la tumba, que empezó a ser excavado por Spiegelberg en 1899 y se abandonó cuando sólo llevaban descendidos un par de metros. Nosotros lo tapamos en la primera campaña con un tablón y decidimos esperar hasta que llegara su hora… (que será probablemente en la campaña del año que viene).

Bien es verdad que Andrés había lanzado un par de veces la hipótesis de que en la sala más interna, en la capilla, hubiera otro pozo funerario, «el» pozo funerario. Pero era más una ilusión que otra cosa, pues, al estar la sala totalmente cubierta de tierra y piedras, no había ningún indicio de que fuera a ocurrir así.

El pozo de la capilla de Djehuty ocupa todo el lado derecho de la sala, con unos gruesos laterales tallados en la roca. El agujero tiene las dimensiones exactas para descender horizontalmente un ataúd: 2,14 metros de largo, por 1, 07 metros de ancho. Teniendo en cuenta la medida de los antiguos egipcios, podríamos decir que el pozo mide cuatro «codos» por dos «codos».

Algunas tumbas de la época de Djehuty tienen el pozo funerario dentro de la capilla, y en eso se basaba Andrés para su suposición. Pero lo que nadie se esperaba era un pozo tan espectacular, con un reborde tan grueso y que se eleva del suelo medio metro.