La actividad en el yacimiento está ya hoy a pleno rendimiento. Beatriz ha comenzado a excavar la cámara sepulcral del pozo funerario que el año pasado excavó con Gudelia. Al fondo del pozo se halló al final de la campaña pasada un shabti de madera dedicado al “dignatario y portavoz de Nekhen, Teti-ankh”. A la entrada se acumuló un montón de tierra y piedras procedentes del pozo cuando fue rellenado después de haber sido saqueado. Lo más llamativo ha sido el hallazgo de un adobe con la impronta de “El escriba Nebamón” muy bien conservada y perfectamente legible. Adobes con esta misma impronta han aparecido por todo el yacimiento, lo que parece indicar que tuvo un monumento de dimensiones considerables, se desmontó al menos parte de él, y muchos de sus adobes acabaron en varios monumentos de la zona.
Laura se ha reencontrado con el pozo que quedó a medias el año pasado. Es el pozo que se abre justo delante de la capilla de adobe. De las cosas más interesantes de su excavación es que se conservan testimonios de una gran lluvia que debió ocurrir a comienzos del reinado de Ahmose o unos años antes. Tanto arriba, como al fondo del pozo, se puede observar tierra apelmazada y adobes con sales como consecuencia del agua. Nos interesa mucho que los geólogos, que vendrán más adelante, puedan ver y analizar todas las muestras de lluvia posibles, por lo que tenemos que excavar el pozo sin alterarlas. Así, Laura dejará sin terminar de excavar el fondo del pozo y se centrará en la cámara sepulcral sur.
Arriba de la colina hemos comenzado a retirar la capa de piedra sueltas que cubren la superficie. Esta zona nunca tuvo una casa encima y el terreno parece conservarse sin haber sido alterado por el hombre. Ni si quiera hay cerámica, lo que es tremendamente raro en nuestro yacimiento. Ya veremos dónde acaba esta apuesta tan llena de incertidumbres.