31 enero 2017

Al terminar la jornada de hoy, nos hemos acercado a visitar una tumba de un personaje casi contemporáneo de Djehuty. Se trata de un tal Intef, escriba de los reclutas del ejército de Tutmosis III. Nos interesaba verla porque la planta y el programa decorativo son muy similares a la tumba de Djehuty, casi se podría decir que se inspira en él. A pesar de que la tumba está muy dañada, la decoración en relieve que se conserva es de una calidad excepcional. Ayer fuimos a visitar otra tumba interesantísima y preciosa, nada más y nada menos que la del médico del rey Amenhotep II, llamado Nebamón. Los médicos egipcios gozaron de una gran reputación en todo el Próximo Oriente y sabemos por la correspondencia diplomática hallada en el-Amarna, de unos años después, que los reyes de Babilonia, Asiria, hititas y chipriotas requerían los servicios de los médicos egipcios. En la tumba de Nebamón, precisamente una escena inmortaliza la visita a Egipto de un jefe de Sira-Palestina, para acudir a la consulta del médico egipcio, quien le dispensa un brebaje sanador. El gobernante extranjero, había viajado acompañado por su mujer e hijos, y recompensa los servicios médicos con un lingote de bronce y otros regalos. Estamos hablando de una escena que ocurrió y se inmortalizó hace 3400 años. Al visitar estas tumbas, asombrosas obras de arte y valiosos documentos de la historia política, social y cultural del Mediterráneo, uno no pude dejar de sobrecogerse. ¿Cómo puede llegar a cuestionarse el valor y el sentido de estudiar egiptología?, ¿cómo se puede ignorar o tratar de minimizar el mérito y la trascendencia de la cultura del antiguo Egipto? Es una suerte poder argumentar y presumir que Egipto es parte de nuestro pasado, parte de nuestra herencia cultural.

Volviendo a nuestro yacimiento, no sólo la excavación, sino también otros trabajos de análisis e investigación progresan a muy buen ritmo. Jesús ha comenzado ya a limpiar y analizar las momias humanas que han ido sacando días atrás Salma y Cisco. Zulema trabaja sin descanso con la cerámica hallada en distintas áreas del yacimiento, asistida por Ayad y hoy también por Hazem. Lucía y Pía se han acercado esta mañana hasta el almacén del Servicio de Antigüedades junto a la casa de Howard Carter, para revisar y tomar notas de unos linos escritos que hallamos un par de años atrás.