31 enero 2011

Después de una noche tranquila, volvimos al yacimiento a primera hora de la mañana. Sólo nos acompañaban los diez trabajadores más afines al rais Ali. Se hacía muy raro estar allí sin el bullicio de toda nuestra gente. Retomamos el trabajo un poco como autómatas, meditabundos, sin apenas hablar unos con otros. El yacimiento, siempre ruidos y rebosando alegría, hoy estaba mustio. Pito, incansable, seguía a toda máquina sacando orto-fotos de las paredes de la tumba de Djehuty, con la idea de acabar de documentar el monumento y poder montar el mosaico de fotografías en Madrid. Nieves, Pía y Miguel Ángel se concentraron en el ataúd de Iqer, para poderlo dejar perfectamente montado y que Pito lo pudiera fotografiar al final de la mañana o al días siguiente. Los encargados de materiales, Angie, Curro y Parra, aceleraron la tarea de inventariar el material pendiente y hacer fichas de las piezas con inscripción.

El mudir, mientras tanto, había continuado con la excavación del interior de la tumba de Baki, a muy pequeña escala, con el objetivo de despejar el área alrededor de los dos agujeros que comunican con la cámara interna de la tumba de Hery. Además, estuvo terminando de tomar notas sobre la excavación realizada en ambas tumbas, y elaborando un primer estudio de algunos de los objetos hallados en los últimos días. Uno de los objetos más curiosos lo hallamos junto al pozo funerario descubierto en la cámara interna de Hery, y consiste en un pequeño paquete formado por una tela de lino doblada de tal forma que los pliegues componen una decoración simétrica en la parte de arriba. Salima había quedado encantada con el hallazgo, y avanzó la hipótesis de que tal vez contuviera una o más momias de pequeñas serpientes, pues al parecer ese es el caso de un paquete parecido hallado en otro yacimiento. El paquete no pertenece a Hery, sino que ha de asociarse a la reutilización de las tumbas en el siglo II a. C. y la deposición de momias de animales en su interior, algunas de ellas quemadas intencionadamente. En el suelo alrededor del pozo de Hery hay restos de quemado, y una de las paredes de la cámara tiene bien visible un graffiti demótico relacionado con esta práctica. El año que viene intentaremos radiografiar el paquete y saldremos de dudas.

Esa mañana, Elena y Curro, junto con tres amigos que habían venido a vernos de España, se marcharon con Kamal al aeropuerto, a ver si “pescaban” algún billete hacia Europa. Como éramos mucha gente, entre los del equipo y las visitas, pensamos que sería imposible marcharnos todos juntos y que había que ir saliendo por grupos. Tuvieron suerte y consiguieron billete en un avión de evacuación contratado por Bélgica, con destino Bruselas y haciendo noche en Estambul. En Bruselas, al día siguiente, compraron un billete a Madrid vía Frankfurt. El periplo fue largo y cansado, pero sin mayores incidentes. El resto del grupo pasó la tarde tranquilamente en el hotel. Cenamos de nuevo con los belgas, compartiendo inquietudes, dudas, contrastando informaciones, valorando la situación… Ellos decidieron cerrar también su campaña de excavación y adelantar su regreso. A pesar de tener billetes para el miércoles, mañana se irían al aeropuerto a ver si conseguían algún billete para ese mismo día. Las penas se digieren mejor cuando se comparten, y las dudas y decisiones difíciles se hace hacen más asumibles cuando compruebas que otros ven las cosas como tú y que reaccionan de igual manera.