Hoy ha sido el último día de excavación y el calor nos ha vuelto a acompañar toda la jornada, de forma intensa. Al final del día todo ardía, las cajas de plástico, la linterna, el gorro, hasta las palmas de las manos. Y dicen que mañana será todavía un poco peor. La excavación se ha concentrado hoy en la zona supervisada por Laura, donde ha aparecido una pequeña vasija de la dinastía XII. De nuevo, la actividad principal ha girado en torno a los pozos. Ahmed Tuamy y su grupo aceleran para que les de tiempo a recrecer y rematar todos los pozos. A la vez, hemos levantado un murete de piedra junto a la entrada al patio de la tumba-capilla de Djehuty. Desde aquí, los futuros visitantes podrán, antes de pasar a ver Djehuty, asomarse a contemplar la réplica del jardín de la dinastía XII y los pozos y capillas de adobe de la dinastía XVII.
También le hemos dedicado hoy mucho esfuerzo a ordenar el lugar donde almacenamos los materiales no especialmente atractivos, es decir, todo lo que no se lleva al almacén del Servicio de Antigüedades junto a la casa de Howard Carter. Nuestro principal problema es precisamente ese, la enorme cantidad de material que produce la excavación y su almacenamiento. Probablemente ninguna excavación tenga que gestionar tanto material y ello puede deberse al hecho de estar al pie de una colina, y a la gran densidad de tumbas en esta zona de la necrópolis.
Hoy nos hemos quedado ha desayunar con todos los trabajadores. Hemos hecho un pic-nic entre los árboles que crecen junto a la tienda “Aïda for Alabaster”, a la entrada del yacimieto. Había sándwiches de pan de pita abierto, relleno de “fool” (judías pintas), de “falafel” y de patatas fritas. Ha sido un momento muy agradable y se siente el buen ambiente que hay en la excavación. Como hoy era el último día de excavación, al final de la jornada hemos pagado a unos 30 trabajadores, y mañana comenzaremos a recoger todo con los 20 trabajadores más veteranos y queridos.