29 enero 2008

La excavación de la cata sigue aportándonos información sobre las épocas anteriores a la construcción del patio de Djehuty. Un metro y medio por debajo del nivel del suelo de Djehuty se encuentra el suelo de época del Reino Medio, en torno al año 2000 a. C. En esos quinientos años que separan un suelo de otro, el corte de la cata refleja al menos cuatro grandes inundaciones, que provocaron intensas corrientes de agua. Viendo el testigo que dejan en el terreno es sorprendente que los dos ataúdes del Reino Medio que encontramos en la cata se hayan conservado medianamente bien.

El pozo de Djehuty va alcanzando una profundidad considerable. Las paredes laterales, las más largas, tienen muescas en el centro cada 50 o 60 centímetros para que las personas que intervinieron en su construcción y en su enterramiento pudieran subir y bajar. A un metro del borde del pozo, tres de las cuatro esquinas tienen un agujero bastante profundo, de unos 80 centímetros, probablemente para colocar tablones de madera que sirvieran de apoyo en el descenso del ataúd.

En el pasillo de la tumba de Hery se nos ha instalado cabeza abajo un pequeño murciélago, al que hemos bautizado Percy. Como el día iba de animalillos, hoy nos ha visitado un cachorrillo. Pía le ha acogido rápidamente en la jaima y le ha llamado Naga (pronunciado Naya, como pronuncian los nativos Dra Abu el-Naga). En la comida hemos celebrado el cumpleaños de María José, que, una vez más, cumple sus años en el West Bank con el equipo Djehuty.